La Magia de los Sentidos te revela los juguetes sexuales más vendidos
Jon Millward, el detective de las ideas está comenzando a convertirse en mi ídolo. Como os conté en Deep Inside, analizó durante seis meses el perfil de 10.000 actores porno registrados en Internet Adult Film Database (IAFD) para escribir el artículo Deep Inside: A Study of 10,000 Porn Stars and Their Careers.
Este hombre debe tener la paciencia de Job porque su última cruzada ha sido analizar las ventas de un millón de juguetes sexuales y leer 45.000 comentarios de sus apasionados compradores para elaborar un estudio sobre las preferencias de la gente al respecto.
En septiembre publicó los resultados bajo el sugerente título Down the Rabbit-Hole, un juego de palabras con To Go the Rabbit Hole de Alicia en el País de las Maravillas que entró en la madriguera del conejo y que coloquialmente se utiliza en EEUU para indicar que se entra en un periodo de caos y confusión; y Rabbit que es un tipo de vibrador muy común.
Jon tenía curiosidad por saber con qué juguetitos jugaban los adultos, pero se dio cuenta de que, por un lado, no era demasiado educado preguntar puerta por puerta si les gustaban más las bolas anales o un dildo y por otro, que aunque lo hiciera, la gente no iba a confesar que el vibrador con forma de avestruz le pone mazo, o que en la intimidad de la alcoba le gusta que le llamen Vanessa mientras le untan con sobrasada el nabo. Entonces, tuvo una revelación: si se saben las preferencias gastronómicas de una familia mirando su despensa, se sabrán los gustos de Manolo/Vanessa mirando en su mesita de noche. Pero ¿cómo mirar en las mesillas de los ciudadanos sin ser acusado de allanamiento de morada?. Consultando a la fuente de la eterna felicidad: uno de los mayores proveedores de juguetes sexuales y caprichos eróticos al por menor de Reino Unido. Y pallá que fue.
En la cueva de los tesoros de Lovehoney
Cuando entró en la sede central de Lovehoney se sintió como Aladino en la cueva de Ali-Babá. Ante sus ojos se desplegaban decenas, cientos, miles de objetos de todas las formas, tamaños, colores, materiales, sabores y utilidades para satisfacer cualquier gusto sexual por especialito que fuera. 8.000 objetos con nombres tan sugerentes como The Master Series Four Stage Rocket Dild, que vendría a traducir… a ver… un vibrador del tamaño de una berenjena que debe hacer hasta tartas como los robots de cocina.
Viendo el stock, Millward se hizo una idea de cuántos juguetes eróticos pueden existir en el mercado, pero lo que quería saber era cuáles eran los favoritos y el volumen de venta. Como le habían permitido el acceso a sus ordenadores, comprobó que según Google Analytics, desde 2004, Lovehoney había realizado 4, 5 millones de transacciones y vendido más de 11 millones de artículos. Sólo en los últimos 12 meses, se habían registrado 850.000 pedidos realizados en el Reino Unido y vendido 2 millones de artículos. Eso supone cuatro productos vendidos cada minuto al día durante un año.
Para que nos hagamos una idea de la cantidad que eso supone, Millward nos ilustra con ejemplos alucinantes: Lovehoney vende en un año 120.000 anillos para el pene, si se pusieran en fila para hacerle uno a Godzilla, éste tendría que tener una polla como una olla porque da para rodear veinte veces el Empire State Building; 27.000 litros de lubricante; 36 kilómetros de vibradores si se pusieran uno delante de otro; baterías para el vibrador conejo éxito en ventas (atención al nombre, nostálgicos de mi quinta) Jessica Rabbit 2.0, suficientes para proporcionar de dos a tres millones de orgasmos.
Aunque sea el más vendido de los conejitos no es el más grande, no. El más grande es Super Victor Giant Black Dildo. Un pedazo de polla negra que pesa 5.5 kilos, y mide 43 centímetros de largo y 25.4 de ancho.
¿Quién compra los juguetitos?
Para realizar el estudio, Jon Millward no analizó los 4, 5 millones de transacciones y los 11 millones de artículos, sino 1.000.000 de artículos vendidos durante un periodo de cinco meses de 2013, Correspondieron a unas 420.000 órdenes (es decir, un promedio de 2.5 artículos por pedido) de unas 300.000 personas de ambos sexos y de todo el mundo, no sólo británicos.
En la hoja de cálculo de la empresa se detalla junto a cada artículo: su nombre, categoría, sub-categoría, precio, tamaño, color, hora y fecha en que fue comprado, tipo de pago, si fue devuelto, etc. A su vez, cada artículo estaba conectado a los otros artículos que se compraron en el mismo pedido y a un comprador, al que garantizaron el anonimato quitando el apellido antes de suministrarle los datos.
Para saber el sexo de cada cliente, Millward analizó los nombres. El 89% no admitía error en cuanto al género, pero había nombres que podían ser utilizados por ambos sexos, por eso utilizó un método de codificación y luego fue al Foro Virtual de Lovehoney en el que 60.000 hombres y mujeres revisan la calidad y satisfacción de los juguetes que han adquirido y hablan sobre su vida sexual. Estos usuarios se registran incluyendo su género, lo que le permitió comprobar que el 95% de sus deducciones habían sido correctas. El 5% restante lo dividió entre hombres y mujeres.
La pregunta del millón: ¿quién compra más juguetitos?. 50/50. Los dos géneros por igual.
Cómo compran
El “aquí te pillo aquí te mato” es la premisa en las compras. En menos de 6 minutos hojean las diez páginas del sitio y ordenan el pedido.
Los hombres suelen gastar más que las mujeres y aunque los gastos de envío son gratuitos, 1 de cada 5 no duda en pagar un extra para que le entreguen el paquete al día siguiente, sobre todo ellos: 23% frente al 19% .
Alrededor del 40% de los clientes incluyen instrucciones en caso de no estar en casa si llega el paquete. El 18,5% mantiene una excelente relación con sus vecinos porque pide que se dejen en el apartamento de al lado. Si es porque simplemente se llevan bien o porque van a usarlo juntos, es un misterio sin resolver.
Los productos están ordenados por categorías y hay 40 principales que a su vez se subdividen en 220 sub-categorías. O los 6 minutos no dan para mucho, o las diez primeras categorías son las mejores, ya que el 83% de las compras se encuentran en ellas.
Productos estrella
Los vibradores son el producto estrella: la mitad de las mujeres y 1/3 de los hombres compran un vibrador.
Cada vibrador tiene su propia función física y psicológica dependiendo de su forma. Por ejemplo, los vibradores femeninos están más enfocados a la estimulación mientras que los masculinos están más orientados a la estimulación y la simulación. Las mujeres tienden a comprar los vibradores que estimulan determinadas zonas sin importarle que su forma no se asemeje a una polla. Los hombres, sin embargo, tienden a comprar más juguetes con forma de coño, culo, boca o polla. 1 de cada 5 frente a 1 de cada 20 mujeres.
Los juguetes sexuales anales como las bolas son más difíciles de clasificar debido a los tabúes que sienten los hombres heterosexuales, por lo que le resultó más complicado determinar si los compraban para sí mismos o para sus parejas, como veremos posteriormente.
Compras femeninas
Los productos más comprados por las mujeres frente a los hombres fueron los catalogados como “Novedad” como The Husband Voodoo Doll, Fetish IOU Cards o The Fuck Off Eye Mask Blindfold (una máscara que da más miedo que la de La Matanza de Texas porque te indica que no vas a follar esa noche).
También compran más ropa. Un dato curioso es que cuando los corsés son de talla pequeña, los compran tanto hombres como mujeres (55% mujeres) pero cuando son corsés de talla grande, el 80% son mujeres.
Lo mismo ocurre con una categoría llamada Clubwear: compran tanto hombres como mujeres, pero más mujeres cuando son tallas grandes. Según Jon Millward, ésto indicaría que las mujeres prefieren pedir ellas cuando tienen talla grande por vergüenza ante sus compañeros. Puede que el ojo clínico de los hombres que les lleva a comprarnos la ropa interior dos tallas más pequeña también influya…
Compras masculinas
Los productos más comprados son los Fleshjacks y Fleshlights, dispositivos que simulan vaginas, culos y bocas. Incluso hay una sub-categoría con moldes de partes del cuerpo de estrellas porno reales, que representan 1 de cada 3 ventas de Fleshlights.
El 71% de las pelucas son compradas por los hombres y también el 71% de los condones, aunque hay un dato curioso: el 70% de las tallas pequeñas y el 90% de las pequeñas, ¿vergüenza como en el caso de los corsés femeninos?.También compran la mayoría de los productos de cada sub-categoría de anal, incluyendo lubricantes y enemas.
¿Quién usa qué?
Vale, ya sabemos quién compra qué, pero ¿quién lo usa?. Hay algunos artículos cuyo destinatario está claro, pero otros no tanto, como, por ejemplo, las pelucas. ¿Son para ellos o para sus parejas?.
15.000 clientes pusieron en el pedido si mantenían o no una relación sentimental. De esos 15.000 clientes, Millward extrajo las siguientes conclusiones:
Los solteros/as compran más juguetes sexuales para la auto-satisfacción que los/as que tienen pareja. Las hombres emparejados compran lencería con mayor asiduidad que los hombres solteros (de lo que se deduce que no es para travestismo).
En cuanto a los consoladores y juguetes sexuales anales, las mujeres los compran con independencia de su estado civil: 23%. Los hombres solteros, sin embargo, compran con más frecuencia que los emparejados: 35% contra 29%. Asimismo, también compran más consoladores que cualquiera de los otros tres grupos. Para saber si eran usuarios homosexuales o heterosexuales, estudió las sub-categorías de productos para sexo anal. Tras analizar los datos dedujo que muchos solteros heterosexuales compran productos para su placer anal lo que implica que, poco a poco, son más los hombres heterosexuales que no temen disfrutar del sexo anal con estimuladores.
Grande y juguetona
¿Quién compra los consoladores más grandes?. Los hombres, sí. Parece ser que eso de “pequeña y juguetona” no se aplica cuando los que quieren disfrutar son ellos o cuando quieren darle placer a una mujer con una polla sustituta, ya que los compraron tanto hombres hetero como homosexuales. El 35% de los hetero solteros y homosexuales solteros compraron dildos de más de 20 centímetros, frente al 30% de los hetero con pareja, el 25% de las hetero solteras y el 20% de las hetero con pareja.
Si tenéis curiosidad por ahondar en estos datos para saber qué juguete regalar/os estas navidades, en la web de Jon Millward hay gráficas que los explican al detalle. Eso sí, en inglés. A mí no me hace falta ahondar más. Ya sé que regalito voy a pedir este año en el amigo sorpresa que organizamos en Sexológicos: Super Victor Giant Black Dildo.
De algo hay que morir.
"December Song" - George Michael
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