Cuentan que cuando se estrenó en España la película El último tango en París la gente no fue a las agencias de viajes a comprar un billete, sino a los supermercados a comprar mantequilla. A pesar de que no es una práctica sexual muy defendida de puertas para fuera, es evidente que sí de puertas para adentro. Incluso de puertas para afuera si la encuesta garantiza el anonimato del encuestado. Las últimas revelan que el sexo anal es una de las prácticas más extendidas entre las parejas heterosexuales. Cerca del 40% de las parejas heterosexuales lo han intentado alguna vez y entre el 10 y el 20% lo practica con regularidad. En Latinoamérica más del 20% y en Brasil, entre el 40 y el 50% de las parejas en zonas rurales: el sexo anal gusta.
Placer y dominación
El placer que produce el sexo anal no sólo proviene de las sensaciones físicas, sino de las psicológicas. Según el Psicoanálisis, el hecho de que aún esté considerado como un tabú aumenta el placer de practicarlo; asimismo, Freud consideraba que es una reminiscencia de la fase anal-sádica, que va de los 2 a 4 años, en la que el niño consigue aprender a controlar el esfínter anal. En este período, tanto el placer como el conflicto se centran en esta zona por lo que si no es capaz de resolver los conflictos que se le presenten en estas edades puede producirse una fijación anal.
Otro de los motivos psicológicos por los que el sexo anal produce placer es la el sentimiento de dominación y sumisión. Al sexo anal no se le llama practicar un griego por capricho; en la antigua Grecia, la superioridad masculina se manifestaba penetrando a la mujer por detrás, ya fuera coito anal o vaginal.
Cuenta Josep Lapidario en otro de sus magníficos artículos de Jot Down que en el ensayo El sexo y el espanto, de Pascal Quignard, donde se analiza la sexualidad grecorromana, Quignard afirma que no existía el concepto de homosexual o heterosexual, sino los conceptos actividad y pasividad. Socialmente, los ciudadanos activos estaban bien vistos, no así los sodomizados, que no podían participar en la política ni tener derechos ciudadanos. Un dominus podía sodomizar a un esclavo, pero a la inversa era una infamia. Lo mismo ocurría con el sexo oral, por ello distinguían entre la fellatio y la irrumatio: en una fellatio, el que recibe sexo oral está inmóvil dejándose hacer, es pasivo; en la irrumatio penetra la boca como si estuviera follando.
Para un romano, tanto la sodomía activa o pedicare como la irrumatio estaban bien vistas; la sodomía pasiva y la felación eran infames porque se consideraba que el que asumía el rol pasivo era inexperto e inferior intelectualmente; quizá por ello, ejercer el rol activo era una manera de humillar al otro, una demostración de poder, más fuerte aún si se le practicaba una irrumatio, ya que la boca es el órgano de la oratoria.
Por eso, dice Lapidario, cuando en Carmen 16 Catulo responde a unos amigos que le insultan con las palabras «pedicabo ego vos et irrumabo», que traduce «os follaré el culo y la boca», lo que quiere afirmar es que reafirmará su hombría o virtus mediante esa demostración de poder.
Ni que decir tiene que el sodomizar a una mujer estaba bien visto, especialmente en Grecia, ya que la mujer era imperfecta frente al hombre, inferior, poco más que un esclavo.
Motivos por los que se practica sexo anal
En su libro La mujer desnuda, Desmond Morris afirma que son cuatro los motivos por los que las parejas heterosexuales practican sexo anal:
El primero: como medida anticonceptiva, y desde tiempos inmemoriales. Por ejemplo, las estatuillas de la alfarería precolombina de Perú muestran a parejas practicando sexo vaginal salvo cuando hay un niño con ellos lo que simboliza que, al ser una familia, el sexo que practican es el anal. Actualmente se practica en muchos países en los que el acceso a medidas anticonceptivas no es sencillo.
El segundo: mantener la virginidad vaginal hasta el matrimonio, ya que todavía hay culturas que comprueban que el himen está intacto antes de la boda.
El tercero: algunos hombres siente repulsión ante el ciclo menstrual de la mujer, pero desean mantener relaciones con ella en las que se incluya la penetración, sobre todo porque la mujer sigue siendo receptiva y, en algunos casos, con la libido más elevada que sin ciclo.
El cuarto: por el placer sexual que proporciona. ¿A la mujer ? Según el siguiente tópico, a la mujer no.
El sexo anal no le da placer a una mujer
Reproduzco entero el párrafo de un artículo que perpetúa este mito tan perjudicial y que me ha indignado: «(…)Pero el ano, aunque tiene terminaciones nerviosas que pueden trasmitir sensaciones eróticas, estas sólo se despiertan con las caricias, no con la inserción del pene en el ano. El coito anal no produce las sensaciones eróticas que las mujeres sienten en el vaginal y, por descontado, no lleva a ninguna mujer al orgasmo. El ano está más lejos del clítoris que la vagina y, por tanto, no recibe ninguna clase de estimulación durante el coito anal. Es necesario que el hombre masturbe a la mujer (lo que no siempre es fácil, sobre todo en la posición del misionero) o que ella se lo haga a sí misma (a lo que no siempre se atreve) para llegar al orgasmo. No puede extrañar, por tanto, que las mujeres se muestren reticentes a practicar el coito anal. A ellas no les produce gran cosa».
Estupefacta me hallo, no sé ni por dónde empezar:
1º. El ano tiene terminaciones nerviosas que si se estimulan con el dedo y con el pene, no le hacen ascos a ninguno de los dos.
2º. Es irrelevante que el ano esté lejos del clítoris, Larry Komisaruk y su equipo han demostrado que la estimulación de la vagina, el cuello del útero y el clítoris activa tres sitios distintos y separados en la corteza sensorial; por lo tanto, el orgasmo clitoridiano no es el único que experimentan las mujeres.
3º. Sí que les produce gran cosa: un orgasmo: según estudios de la Universidad de Harvard, siempre y cuando reciba la estimulación adecuada. El ano cuenta con numerosas terminaciones nerviosas y produce placer tanto al hombre como a la mujer, aunque en el caso del hombre, es por la estimulación indirecta de la próstata y en las mujeres por la estimulación desde el recto de su útero y la pared inferior de la vagina.
Cómo practicar sexo anal: relajar la zona
Si bien el 50% de las mujeres occidentales han practicado el coito anal alguna vez en su vida, sólo el 10% lo considera estimulante; tras saber que podría llegar a experimentar un orgasmo, uno debería preguntarse si será porque no está haciendo algo bien.
Los dos principales inconvenientes que presenta el ano son que no lubrica por sí mismo y que está diseñado para facilitar la expulsión, no la introducción; a éstos se suma el factor psicológico que puede conseguir una contracción involuntaria del esfínter. Por ello hay que practicarlo sin prisas y con calma.
Es recomendable que la mujer pruebe su resistencia a esta práctica mediante la autoexploración solitaria, de este modo sabrá su resistencia, sensibilidad y podrá ir rompiendo sus propias barreras mentales.
Relajar la zona en pareja
Masturbación: para estimular el ano de tu pareja debes tener las uñas limpias, cortas y bien limadas para evitar desgarros y usar protección.
La manera de estimularlo es con el dedo plano, con la yema hacia adelante, como si estuvieras pulsando un timbre o imprimiendo tu huella dactilar. Los movimientos deben ser circulares hasta que se vaya relajando poco a poco y llegues a introducirlo.
Una vez dentro, sigue moviéndolo en círculos con mucha delicadeza y cuidando que esté bien lubricado. A medida que se relaje y dilate irás aumentando el círculo hasta que puedas introducir dos dedos.
Hay juguetes especialmente diseñados para la estimulación anal: dilatadores, bolitas chinas, etc. Tened mucho cuidado de entusiasmaros introduciendo un objeto sin tope ya que el recto puede succionarlo y acabareis en el hospital.
Estimular otros puntos erógenos: según un estudio llevado a cabo por David DeCitore las mujeres aseguran que el orgasmo anal mientras se les estimulaba el clítoris era más pleno que el orgasmo clitoridiano solo.
Posturas recomendadas
La mejor postura sexual para iniciarse en el sexo anal es la de Andrómaco, es decir, ella sentada a horcajadas sobre él ya que podrá ayudarse con los dedos hasta que encuentre el mejor ángulo para la penetración y luego controlará el acto en su totalidad: ritmo y profundidad.
Las primeras veces el hombre debe adoptar un papel totalmente pasivo sin elevar la pelvis ni colocarse un cojín debajo del culo para aumentar la penetración. Con el tiempo podrá, pero ahora se arriesga a provocarle un desgarro anal.
Algunos recomiendan La Postura del Perrito pero puede resultar muy dolorosa para mujeres que no han practicado el sexo anal antes ya que en esta postura el ano tiende a estrecharse, además de que el pene suele estar en una posición más elevada que puede complicarse con la diferencia de altura aunque se coloquen cojines en el suelo. Otra de las desventajas de esta postura es que es el hombre el que controla la penetración y no siempre entiende que hay que parar cuando se le dice que hay que parar.
La Postura de la Cuchara incluyendo la variante en la que ella levanta el pie para apoyarlo en el muslo de él es apropiada ya que la penetración no será muy profunda, pero insisto en que las primeras veces es mejor que sea ella la que controle todo el acto sexual.
En cualquiera de ellas, para facilitar la penetración empuja antes de introducirte el miembro como si fueras a defecar: dilatará el esfínter.
Con el tiempo y la práctica podréis disfrutar de otras posturas e incluso apretar el ano para que la presión en el pene sea más fuerte y el roce más intenso.
Precauciones
Patologías: No practiques sexo anal si sufres alguna patología anal como hemorroides o fisuras en el recto. La mucosa rectal es frágil y muy sensible a las infecciones por virus y bacterias; tiene gran capacidad de absorción y puede aumentar drásticamente si se produce un desgarro o una herida.
Enfermedades de Transmisión Sexual: La mucosa rectal es especialmente sensible a la transmisión de enfermedades sexuales, ya sea el VIH o Sida, el VPH o Virus del Papiloma Humano, los herpes genitales, sífilis, gonorrea o hepatitis (salvo la A, aunque ésta sí se transmite en el caso del beso negro si hay contacto con las heces) entre otras, sin necesidad siquiera de que haya eyaculación.
Es imprescindible que uses preservativo para practicarlo y es conveniente que protejas la zona si vas a practicar sexo negro, es decir, si vas a lamer el ano para estimular sus terminaciones nerviosas. Existen láminas de látex (incluso con sabores y olor) que además ayudarán a hacer la experiencia más agradable. Hay dos remedios caseros muy útiles: cortar un preservativo con la misma forma de las láminas de látex; las autoridades sanitarias también consideran seguro el film plástico de cocina.
Embarazo: Es difícil pero no improbable que una mujer se quede embarazada por sexo anal si el líquido seminal penetra en la vagina, extrema las precauciones si no usas protección.
Higiene: Algunas personas usan enemas para limpiar bien el conducto antes de practicar sexo anal. Hay que tener precaución con esta práctica ya que si se abusa puede provocar que el intestino acabe por no funcionar correctamente y también acabar provocando adición sexual: la clismafilia.
Lubricación: Hay que lubricar abundantemente el ano y el pene para facilitar el sexo anal. Que sea un lubricante con base de agua, no de aceite ya que pueden deteriorar los preservativos.
Nunca penetres la vagina tras haber penetrado el ano, puedes provocarle una fuerte infección vaginal.
Disfruta del sexo anal pero sin emular a Brando a la primera de cambio: tiempo al tiempo.
“Angie” – The Rolling Stones
10 comentarios
Pregunto, si se tiene extremo cuidado se puede practicar el sexo anal si se tiene hemorroides incluso externas?
No estaria de acuerdo nunca..y lo amo mucho.
En realidad me parese muy plasentero practicarlo siempre y cuando uno este bien exitado yo en realidad lo disfruto y mucho mas al ver a mi pareja como lo difruta
Esta practica conlleva un impacto moral (por no decir daño) y consecuentemente sale de la intimidad y escala a lo social. Una prueba de esto ultimo es el hecho histórico que se cita en los primeros párrafos, sobre la sexualidad grecorromana y la cultura de esa época: los “activos” estaban posicionados socialmente en un escalafón mas alto que los pasivos (mujeres, esclavos, jóvenes). No hay hechos, hay interpretaciones. El origen del erotismo sadomasoquista en el entramado mental tiene por objeto la dominación y la humillación, el juego del amo y el esclavo, el fuerte y el débil, depredador-presa. El goce de esta perversión u anomalía mental, es un acto consentido, pero inmoral, debería ser repudiada o por lo menos no difamada como hace esta web (y otras tantas, inclusive reconocidos sexólogos lo recomiendan a puertas abiertas sin mayor reparo). Esta practica en el fondo es tan perversa que incluso se la puede relacionar con la violencia masculina y la guerra en general (que concluye en la destrucción o sometimiento del adversario y que significa honor, dignidad y hombría a los victoriosos). Mujeres mueren en el mundo por violencia de genero, o sufren el machismo en alguna de sus formas (sin consentimiento, claro). Jugar con fuego, alejarse del acto de procreación y perseguir la líbido con lo carnal y la agresion, es una historia sin final feliz y hace que del amor al odio haya un pequeño paso. He dicho.
Comencé en diciembre con esta maravillosa práctica y me encantó. Visité a mi ginecóloga días después y le pregunté algunas dudas respecto al sexo anal. Contestó todo pero me recomendó no sumarlo a mi vida sexual habitual porque dice que el esfinter, como todo músculo, cede y, con el tiempo, terminaría manchando mis bombachas con materia fecal
Creo que es la técnica sexual que mas tarde se prueba porque al principio da reparo, pero como bien dice el reportaje es muy placentera para ambos.
Falso es placentera para el hombre, a q mujer le gusta esa vaina
Gitanalenise, parece que tus amigas no te cuentan todos sus secretos, o son todas un poco frígidas como tu, jejejeje. Conozco muchas mujeres que les encanta el sexo anal, o sea vaina como tu dices…Besos en el ano!.
Esta muy bien la técnica, pero yo recomendaría practicarla con pareja estable
Sexo anal = asignatura pendiente