Son muchas las definiciones que se han dado a la seducción, una de mis favoritos es la de Ovidio, en su Ars Amandi, libro en el que ofrecía consejos sobre cómo realizar conquistas amorosas: «Todo amante es un soldado en guerra».
Si el amor es una guerra a librar, la seducción debería incluir un estudio del enemigo para conocer los puntos débiles del fortín que deseamos atacar o la batalla que queremos librar. Las mujeres llevamos mucho tiempo dando las claves para entrar en la fortaleza, incluso hay mapas que llevan al tesoro. Por desgracia todos sabemos que según empiezan a hablar las mujeres la parte del cerebro del hombre que controla su oído se desconecta activando la de las cervicales y la cabeza que asiente con los ojos perdidos en galaxias lejanas.
Parece ser que entre ellos sí se escuchan, así que vamos a compartir algunas conclusiones a las que han llegado dos hombres tan expertos en satisfacer a las mujeres que incluso les pagan por hacerlo. Señoritas, crucen los dedos, a ver si los caballeros atienden.
Preliminares, caballeros, preliminares
Tras leer las declaraciones que Dani, un hombre con un cuerpo de escándalo que comenzó como boy y ahora trabaja como gigoló se llega a la conclusión de que para seducir a una mujer son necesarios los preliminares tanto físicos como psicológicos:
«Cuando me preguntan ¿Qué vuelve locas a las mujeres?, contesto que muchas cosas y a cada una la suya, pero una regla básica es trabajar a fondo los preliminares. Es como cuando vas a correr o a hacer ejercicio, cuanto más calentamiento haces, mejor aguantas y entrenas. Y no me refiero al tópico de que las mujeres son más románticas y quieren que se les dore la píldora, simulando un encuentro, una cena y todo eso. Es algo físico, es como una maquina que tarda más en encenderse y que necesita más tiempo para empezar a funcionar y rendir al cien por cien».
Continúa «Es básico que tu clienta se sienta única, alguien especial. Uno puede acostarse con muchas mujeres cada mes, pero en ese momento, ella debe ser la más importante. Más que los piropos, que están muy bien, pero que repetidos pueden sonar algo falsos, lo mejor es interesarse por ella. Preguntarle sobre su vida e incluso por qué ha decidido recurrir a este tipo de servicios. Mostrarse seducido es también deseable, y a veces no hay que fingir. Me he encontrado con clientas con las que he pensado lo afortunado que era por poder follármelas y que además me pagaran, aunque también ha ocurrido lo contrario. Pero porque este sea mi trabajo, no quiere decir que el sexo me aburra y que me de ya todo igual. El día que eso pase será el momento de dejarlo».
Las mujeres no desean sentirse princesas, las mujeres desean sentirse mujeres. Ser el centro de la relación sexual, que las satisfagan también. No es egoísmo, es una petición razonable y lógica. Durante siglos la mujer ha relegado su satisfacción sexual a la del hombre y es algo que, aunque crea que no, continúa haciendo.
Las películas porno no ayudan, ya que están especialmente enfocadas para el placer masculino y perpetúan tópicos.
Por eso muchos hombres apenas le dedican tiempo al placer femenino o lo hacen sólo como un medio para excitarlas preparándolas para la penetración o la felación.
El placer femenino debería ser un fin, no un medio, y eso es algo que no sólo deben entender los hombres: es algo que deben entender las mujeres.
Buscar el propio placer
Cuando pagas por sexo, dice Dani «te ves libre de tener que trabajar, puedes permitirte no hacer nada y que te lo hagan todo a ti. Ser egoísta y centrarte en disfrutar, en vez de tratar de quedar bien con el otro. Yo creo que a las mujeres les convendría más un poco de esta filosofía. Es verdad que tradicionalmente los hombres han sido más egoístas, van más a lo suyo. Son más genitales y con las mujeres no puedes ir directo a la entrepierna. Estimular demasiado y antes de tiempo el clítoris o la zona vaginal puede producir un efecto contrario. Es una zona delicada y hay que abordarla poco a poco. Antes hay que pasar por el cuello, la espalda, los muslos, los pechos… Justo lo contrario a lo que pasa todavía en muchas cintas porno, diseñadas para hombres».
Entonces, ¿la mujer está condenada a tener que pagar para tener buen sexo?, ¿no?, ¿y por qué no se lo dice a su amante?,¿por qué no lo exige?, ¿es ésta la liberación sexual femenina que tanto cacareamos?, ¿satisfacer al otro y quedarnos a la mitad?
El placer femenino
En las películas pornográficas, escuela gratuita de los adolescentes y no tan adolescentes, la mujer es un objeto que está excitado antes de que entre el fontanero por la puerta por lo que no desea que la besen, acaricien, le hagan un cunnilingus ni estimulen los pechos. Al contrario, está deseando practicar una larga felación para ser penetrada brutalmente sin lubricación alguna mientras le azotan y tironean del pelo hasta que llega el momento en el que él quiere llegar al orgasmo, saca su pene y eyacula en su cara.
El sexo es articulado, frío y mecánico. ¿Es eso lo que realmente desea la mujer?. Puede que algunas en algún momento sí, pero ya hemos visto en artículos como «Pornografía para mujeres» o «Lustra la perla» que no.
Dani lo tiene claro: «Cuando no hay una fluidez en todo lo que se hace, se puede caer en el mecanicismo. Ahora una postura, ahora otra, con total frialdad, cuando debería haber un ritmo más envolvente y espontáneo, que es lo que ocurre cuando los dos miembros de la pareja están calientes, no pueden más y todo se adereza con besos, arañazos, caricias… Hay que alternar la ternura con lo salvaje. Y por supuesto, los ritmos lentos con los más rápidos. La gente tiene la idea de que se siente más a mayor velocidad, pero no siempre es así. Generalmente las mujeres tienen más placer cuando uno va más lento».
La comunicación
Bruno, un brasileño que compagina su trabajo de pintor con el de gigoló, dice que la clave es acariciar y susurrar. «Me extraña mucho cuando veo ciertas películas porno, o estoy con algunas personas que no hablan ni dicen nada en la cama. ¿Guardan pacto de silencio?. En Brasil hablamos mucho, decimos cosas lindas o avanzamos lo que les vamos a hacer la próxima vez, porque el oído es un órgano muy erótico para nosotros. Quizás por eso damos tanta importancia a la música. Yo no concibo estar con una mujer y no decir nada».
Falta la comunicación, algo vital para el entendimiento. Sin comunicación acabaremos como los japoneses, víctimas de un silencio que les recluye en cabinas herméticas en las que se masturban en solitario con vaginas artificiales mientras sus mujeres se masturban en casa con vibradores y bolitas chinas.
Bruno lo tiene claro. «Se supone que los programas de televisión y los expertos aconsejan que se discutan los problemas, se hable de lo que le gusta a cada uno, se traten de buscar soluciones, pero la realidad es otra. Hay muchas mujeres que nunca han tenido un orgasmo y su marido no lo sabe, o no se da cuenta, o nunca se para a preguntar si ella se lo pasa bien. Si algo he aprendido en este oficio es reconocer cuando una mujer se corre. Por mucho que finjan no pueden engañarme porque son respuestas del cuerpo, que no se pueden esconder».
No es solo oratoria lo que las mujeres esperan de la lengua de un hombre: también quieren que les practiquen sexo oral. «Muchas mujeres no llegan al orgasmo con la penetración, pero casi todas lo consiguen con el sexo oral. Realmente no es fácil y probablemente sea lo más cansado y laborioso del trabajo masculino. Por eso muchos lo descartan. Además, hay que seguir una técnica, empezar describiendo pequeños círculos alrededor del clítoris…». Paremos aquí.
Si la seducción es una guerra, habrá batallas que se ganen sin apenas esfuerzo pero no todas serán igual de sencillas, hay muchas guerreras en estos tiempos que corren.
Como decía Erich Fromm en El Arte de Amar: «El amor es un arte que requiere conocimiento y esfuerzo»; así que, señores, aprendan y esfuércense si quieren ganar la próxima batalla.
«The Lady In Red» – Chris de Burgh
5 comentarios
y bueno, cada mujer es un universo distinto, pero hacerlas el centro de un universo compartido es la clave…ahora, como prolongar eso a traves del «espacio-tiempo» es algo que nadie podrà jamas tener la receta perfecta…son taaan bipolares…jejejeeee…bss a todas…son unas hermosas…
Es el verdadero placer… Besarlas y acariciar esas curvas delicadas, esa piel sedienta de caricias y no comer el postre antes del plato fuerte…su clímax!
Ufff !! Este reportaje se las trae, como dice la canción…. «las chicas son guerreras», habrá que estar preparado para la batalla si queremos plantar bandera !
Si para seducirnos a los tíos es muy fácil…. lo vuestro sin duda lleva mucho mas curro, habrá que ponerse las pilas !!
Eso es, a fuego lento es como se obtienen los mejores resultados.