Aprende a Contraer la Vagina

Técnicas para aprender a contraer la vagina

Aprender a contraer la vagina aumentará el placer en las relaciones sexuales ya que cuanto más apretada está, más placer se le da al hombre. A su vez, las contracciones aumentarán el placer de la mujer que siente el roce con más intensidad y puede llegar al orgasmo vaginal.

A veces la vagina se contrae involuntariamente cuando la mujer siente un gran placer durante la penetración y también durante el orgasmo lo que provoca a su vez el orgasmo del hombre. En este artículo explicaré las técnicas para aprender a contraerla cuando se quiera.

El músculo pubococcígeo sale del coxis y va hasta el hueso púbico siguiendo (a partir del coxis) el ano, la vagina y la uretra-vejiga. Al rodear estos órganos, se contrae al defecar y orinar de manera natural y con práctica también durante el acto sexual a voluntad.

Para saber dónde se encuentra, de pie, concéntrate en tu vagina y contráela como si tuvieras ganas de orinar y te aguantaras, hazlo varias veces y notarás cómo se mueve. Si quieres introduce el dedo y repite la operación; de todos modos seguro que si te has masturbado vaginalmente y has tenido un orgasmo con el dedo dentro habrás notado cómo los espasmos lo comprimían como latidos: ese es el músculo.

Ejercicios

Puedes hacerlo sentada o tumbada si te resulta más cómodo que de pie, aunque cuidado con confundir la contracción vaginal con el ejercicio consistente en comprimir los glúteos. Focaliza tu atención en la vagina y contrae el músculo de modo rítmico: contrae/relaja; contrae/relaja…

Haz varias sesiones al día hasta que domines la técnica. Cuando lo hayas conseguido, podrás hacer los ejercicios en cualquier lugar, parada en la calle, sentada en el trabajo, no es algo que nadie note, desde luego.

Contraer la zona pubococcígea

Consiste en contraer todo el músculo pubococcígeo, es decir, los ejercicios kegel; no es lo mismo aunque lo parezca.

Lo importante es que aprendas a diferenciar entre contraer únicamente la vagina y contraer toda la zona ya que los movimientos pelvianos afectan al ano y los vaginales afectan sólo a la zona vaginal. Introduce un dedo y prueba si puedes aprisionarlo, sólo así estarás totalmente segura de que contraes la zona vaginal.

Una vez que lo domines podrás contraerla durante la penetración. Debes tener cuidado porque excitarás demasiado a tu pareja y puede llegar al orgasmo antes de tiempo; tienes que aprender a dominarlo para que te dé placer a ti también y a él en la medida justa para que se corra cuando decidas tú o ambos.

Las posturas sexuales que te facilitarán contraer la vagina son aquellas en las que estás sentada sobre él, tanto de cara como de espaldas (aunque las que se practican en la orilla de la cama, al requerir equilibrio, no son adecuadas) o tumbada de espaldas con las piernas ligeramente dobladas y los pies apoyados en sus hombros o pecho, ya penetre de rodillas ya totalmente tumbado encima tuyo.

Aprieta rítmicamente la vagina y la fricción será muy placentera para ambos.

También puedes apretar durante un rato largo aunque con cuidado ya que la estimulación será tan fuerte para él que se correrá enseguida.

Contraer la vagina para provocarte un orgasmo

Si quieres tener un intenso orgasmo vaginal, disfruta del sexo hasta que llegue el momento en el que desees tener el orgasmo, cuando te encuentres en la fase meseta y consideres que quieres llegar al orgasmo haz lo siguiente: adopta una postura sexual que combine profundidad con control de tus contracciones.

La más sencilla para las primerizas según la sexóloga Régine Dumay es ésta: tumbada de espaldas con un cojín bajo la pelvis rodea con las piernas el cuello de tu amante o apóyalas en sus hombros. Contrae rítmicamente la vagina, esto aumentará el placer de los dos al instante. Cierra los ojos, tensa los músculos vaginales, concéntrate en la zona y deja que te invada el placer: el orgasmo será muy intenso para ambos.

Una vez que hayas adquirido práctica, puedes probar otras posturas profundas que además te estimularán el punto A (o zona EFA o Epicentro) que se encuentra en el extremo más interno de la zona vaginal y cuya estimulación te llevará a experimentar contracciones orgásmicas muy placenteras.

Éstas son las más adecuadas para disfrutar de una penetración profunda a la vez que te permitirán contraer la vagina a capricho.

Tumbada boca arriba

Las piernas sobre los hombros de tu compañero y él arqueado hacia atrás, la penetración es profunda, el ritmo lo marca él pero tú controlas las contracciones.

Las piernas entrelazadas fuertemente alrededor de la espalda del hombre que está tendido sobre tu pecho. Es una penetración que no permite movimientos amplios ni embestidas profundas pero que a cambio logran una profundidad absoluta sobre todo si aprietas su culo contra tu pelvis; si contraes la vagina el orgasmo puede ser muy fuerte y largo.

Tumbada boca abajo

Arrodillada con las rodillas debajo de tu cuerpo o bien con los muslos en la vertical y la pelvis elevada mientras tu cabeza descansa en un cojín; él te penetra por detrás.

Sentada sobre él

En estas posturas tendrás todo el control: ritmo, profundidad y tipo de movimientos a lo que se sumará las contracciones vaginales: puedes estar en cuclillas de cara a él o de espaldas; descansando todo tu peso sobre él y moviéndote apenas para disfrutar de la penetración profunda o moviéndote a embestidas fuertes cayendo con todo tu peso.

Dependiendo de la postura será más adecuado un movimiento o ritmo determinado, pero aparte de la postura en la que estás en cuclillas de cara a él que está tumbado, la otra que te recomiendo es “La ola profunda” si quieres contracciones placenteras durante un polvo duradero : pega tu cuerpo totalmente al de él y aprieta muy despacio como si quisieras que os fundierais en uno solo, así aumentarás la profundidad de la penetración cada vez más; mientras, utiliza deslizamientos, fricciones, balanceo y contracciones vaginal.

El orgasmo será muy intenso.

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