Divan Tantra: «Otro Planeta»
divantantra.com
Mi viaje a Venus empezó como todos los caminos: con un pequeño paso; en concreto, hacia la casa de una amiga que me llamó entusiasmada para enseñarme su última adquisición: un divanTANTRA ®. Había oído hablar de ellos, pero era bastante escéptica al respecto. ¿Un sillón para echar un polvo? ¿Acaso una buena cama con cojines no era perfecta? Mmmmm. Cuando llegué a su casa, me arrastró al salón y me lo enseñó. Precioso era, para qué negarlo. Diseño minimalista, discreto y muy elegante. «Pruébalo». Cuando me tumbé en él y fundí mis curvas con las suyas, me sentí tan a gusto que no supe si me apetecía más echar un polvo o una siesta. Tras la experiencia y un discurso encendido sobre las maravillas del diván y los placeres que le estaba brindando, me picó la curiosidad. ¿Y si ahondaba en el tema?
Por la noche, en mi refugio, me puse a bucear en la web del fabricante y un universo se abrió ante mis ojos. Empresa española, con más de 30 años de experiencia, que ofrecía distintos modelos de diván para el placer glamurosos, funcionales, con cientos de tapizados donde elegir. Ya, muy bonito todo. ¿Y la calidad? Indagué. La estructura del divanTANTRA ® se fabrica con madera paletizada y tratada por expertos artesanos que cortan cada pieza con gran precisión. Tras armarlos, los sillones se cosen con máquinas especiales que realizan una doble costura con un hilo especial de gran resistencia. De acuerdo. Interesante, aunque la guinda fue que todos los modelos son hipoalergénicos y antibacterias, resistentes al agua, con protección ignífuga, respetuosos con la naturaleza y un diseño ergonómico ideal para personas con problemas de espalda o movilidad.
Demasiado bonito para ser cierto. Ya lo sabéis, cuando me documento para un reportaje soy como un sabueso tras un rastro, así que me puse en contacto con ellos para que me dieran información más detallada. No solo me la facilitaron, también me dijeron que me regalarían el modelo que quisiera para que lo juzgara por mí misma. Abrí los ojos como platos. Y luego dicen que los Reyes Magos son los padres …
¿Venus, la Tierra, Júpiter, Marte …?
Solo puedo decir que me sentí como si mirara el escaparate de una pastelería. ¿Qué golosina quería? Me apetecían todas. Modelo CUPIDO, BUDDHA, DELUXE, TANTRA… Descarté el SM ELEGANCE de mi amiga, no porque no me gustara, sino porque sentía que, en cierto modo, la copiaba. Me debatí entre el divanTANTRA® VENUS y el BONDAGE. Me encantaba que este tuviera argollas para esposas y cuerdas, pero lo quería para el salón y bueno, a veces viene mi madre; así que venció el modelo VENUS, por su diseño minimalista, porque afirmaban que era ideal también para relajarse en solitario o leer y, en fin, porque tiene el nombre de la diosa del amor y del planeta más tórrido del sistema solar. Fuego. El simbolismo me puede.
Escogí el color negro, más elegante para mi gusto personal, y el tapizado ECOPIELES MILANO porque me aseguraron que era imposible distinguirlo de la piel auténtica, y era muy suave, agradable al tacto y sin productos químicos.
Tres semanas después me entregaron el pedido, sin logotipo de la empresa en el embalaje (no es que me preocupen demasiado los vecinos, pero se agradece) y dos regalos: un cojín multiusos y un juguete sexual.
Encajó en mi salón como un guante. ¿Encajaría yo, en él? Había que probarlo para saberlo. ¿No os parece?
Venus
«El sillón tantra es ideal para disfrutar de nuevas posiciones del kamasutra con su pareja», le leí. «Ven, cariño. Veamos si es cierto». Empezamos con las posturas que recomiendan en su página web. Tengo elasticidad, pero no soy Nadia Comaneci por lo que, como a todo el mundo, algunas se me hacen tan cuesta arriba como a Sísifo y su piedra. No me pasó con el diván gracias a sus curvas redondeadas y cómodas que nos permitieron dejarnos llevar e improvisar. Aquello era cuesta abajo y sin frenos.
Sin duda hace honor a su nombre como diván para disfrutar del sexo tántrico. Si habéis leído mi monográfico, sabréis que me chifla, y pudimos practicarlo durante horas sin cansarnos, de un modo fluido, especialmente la posición Yab Yum por la que siento debilidad.
También es ideal para el sexo salvaje, no se movió ni un milímetro, y os puedo asegurar que le pusimos mucha pasión. ¿Sabéis lo mejor? Silencio absoluto. Puede que a algunos les dé morbo los golpes del cabecero contra la pared o el crujido de los muelles, pero a mí no, así que me encantó; salvo por nuestros gemidos, nadie hubiera imaginado que allí había una pareja echando polvos.
Es francamente resistente. No lo he probado con un trío, pero no dudo que aguante los 400 kilos de peso que aseguran. Además, la anchura y el alto son ideales, tanto para poner las piernas o las rodillas sobre él, como para sentarse a horcajadas con un pie en el suelo para coger más impulso, por lo menos para nosotros.
¿Y qué os voy a contar del sexo oral y el beso negro? Su diseño ergonómico lo puso todo a… a pedir de boca.
Tengo una piel muy sensible, qué le vamos a hacer, pero el cuero no me irritó, al contrario, sentí como si me estuviera acariciando otro amante. No sé si ocurre igual con otros tapizados, pero como ya os he dicho, todos los modelos son hipoalergénicos, así que deduzco que ese no será un problema.
Se marcaron algunos pliegues con el uso, pero pasé la mano y pronto recuperó su textura inicial. A eso se sumó la facilidad de la limpieza; en fin, qué os voy a explicar de un polvo bien echado que no sepáis ya.
Fiel a lo que os escribo, no pertenezco al 71% de las mujeres que se conforman masturbándose con la técnica de siempre. Así que armada con el sex toy que regalaban con el diván, di rienda suelta a mi imaginación y puedo afirmar que también es perfecto para usar juguetes vaginales y anales sin tener que usar cojines o torcer el brazo como un contorsionista.
Además, lo confieso, el cojín que trae de regalo es muy útil para usarlo como complemento para facilitar una penetración más profunda, pero también como almohada, algo que he comprobado estos días usando el diván para tumbarme a ver una película y para leer.
Es una gozada, una gozada en la amplia acepción de la palabra.
Aterrizaje
Ya en la Tierra, y a modo de resumen de mi exploración por otros planetas, decir que las posibilidades de este diván son inagotables; aunque depende, claro está de la imaginación y limitaciones físicas de cada uno. No obstante, su diseño ergonómico facilitará, sin duda, las posturas para los que padezcáis de problemas de espalda o movilidad, así como impedimentos como el embarazo o la obesidad.
Salvo los divanes en stock, cada modelo es a capricho del cliente, como el mío. A eso se suma que podéis hacer pedidos especiales relativos a las medidas como la altura, el ancho e incluso el diseño, tanto como particulares como empresarios de hostelería. Además, aparte de la discreción en los envíos, atienden a clientes de toda Europa, no solo de España.
Y nada más que añadir. Ah, no, esperad, por lo visto son ideales para practicar Pilates. No lo he probado, si lo hacéis decidme qué tal. ¡Eso es todo amigos! ¡Venus me espera!
Brenda B. Lennox
«Thinking Out Loud « – Ed Sheeran
13 comentarios
Alucinantes, muy bonitos y los precios parecen muy adecuados.
Tendré que hablar con mi marido. Son increibles y creo que pueden dar mucho juego en nuestras relaciones.
Una idea muy original, me parecen preciosos todos los modelos.
Me encanta, me parece una idea estupenda para avivar las relaciones sexuales.
Cojonudo. Si tuviera pasta me lo compraba pero ya.
Qué bonito, es precioso … y muy útil. Ya te digo.
Me encanta. Es precioso, útil y muy sexy. En mi habitación quedaría perfecto. Muy buena idea.
Se lo he enseñado a mi novio para que ahorre para comprarlo. Yo pongo todo lo demás. jijijijiji
Ni tantra ni leches …. esto es un mueble perfecto para follar en todas las posturas.
¡QUIERO PROBAR UNO DE ESOS!
La calidad parece exclente y los diseños también. Habrá que probar uno de estos. Para hoteles se hacen casi imprescindibles.
Que buena pinta tienen. En cuestión de posturas creo que supera a la cama de largo. A ver si los reyes magos se enrollan y me traen uno. Tampoco son muy caros.
Increible. Una idea fantástica. Un mueble sexual con unas posibilidades enormes.