Drone Boning: que el dron haga el amor y no la guerra
«¡Han rodado la primera película pornográfica con drones!» Me dijo el otro día uno de mis amigos más friquis. Tras chuparme los cuatro minutos de Drone Boning tuve una cosa clara: si era una película, era la más corta de la historia del cine. Lo de si era porno o no, era otra cuestión, porque las pasadas por encima de las parejas son tan rápidas que no me resultaba sencillo determinar si había penetración o no.
No la hay, según los directores Brandon LaGanke y John Carlucci, ninguna de las personas que aparecen en la cinta mantuvieron relaciones sexuales. «No queríamos conseguir hermosos heterosexuales blancos, queríamos gente heterogénea. Mezclar razas, edad, gente real.»
Tampoco es un vídeo pornográfico, sino un proyecto de declaración y arte político.
¿Cómo surgió la idea? Según declaraciones de Brandon LaGanke a la revista Filmmaker «Estaba trabajando con unos drones, justo filmando un plano perpendicular desde el cielo y entonces me reí pensando que sería hilarante que en cada uno de los planos que estaba haciendo hubiera una pareja dándole al tema. Como en ¿Dónde está Wally? pero con sexo.»
Tras comentarlo con unos amigos y echarse unas risas, acabaron surgiendo los miedos razonables frente a la invasión de la intimidad que supone su existencia, la proliferación de estos aparatos y las consecuencias de un posible ataque a la población. Los drones militares realizan tanto misiones de reconocimiento como de ataque y aunque son eficaces, también son susceptibles de provocar daños colaterales y/o identificar objetivos erróneos, como con otros tipos de arma.
Tras meditarlo, rodaron Drone Boning, una hermosa cinta con espectaculares vistas aéreas de lugares paradisiacos como bosques, acantilados, sembrados, viñedos entre los que se atisban parejas follando a ritmo de una exquisita banda sonora a cargo de Taggart & Rosewood para concienciar a la gente de que, en lo relativo a los drones, el único mensaje posible es «Haz porno y no la guerra. Dejemos de ser tan serios, demos un paso atrás y pensemos en las cosas más bonitas que tenemos en este mundo. El sexo es sin duda una de ellas», según afirmó LaGanke en una entrevista en The Daily Beast.
«Podemos tener una batalla sin tener que lastimar a la gente, porque podemos tener una batalla para ver quién tiene las fotos porno aéreas más hermosas conseguidas a través de aviones no tripulados».
Una afirmación un tanto peligrosa sobre todo porque ya hay personas que han denunciado haber visto drones con cámaras de vídeo espiando en las ventanas de sus casas.
¿Estamos ante el nacimiento de un nuevo género pornográfico? No me extrañaría nada; no sólo existe un tipo de cine rodado exclusivamente con drones, por lo visto circula por la red Creepy Drone Guy, una peli porno rodada con estos aparatos.
Qué quereis que os diga, a mí, que soy de la generación que, a falta de suscripción paterna, veía la peli porno del Canal Plus codificada achinando los ojos, aunque Drone Boning no sea porno, el buscar parejas follando como locos entre viñedos, árboles y rocas me ha puesto burraca.