
¿Sinceridad o Discreción?
Muchos afirman que no es bueno tener secretos en una pareja ni mentirse en ningún momento pero esa afirmación puede pecar de simplista. Hay que determinar qué se entiende por mentira, por verdad y si la confesión enriquecerá la relación o la deteriorará.
En el libro El corazón de la psicología de Eduardo Chapunoff y Paul Howard, los autores discuten en uno de los capítulos sobre el conflicto entre la sinceridad y la discreción.“Ser honesto es magnífico, pero hay situaciones en las que decir la verdad y nada más que la verdad puede ser una situación inadecuada que sólo puede traer consecuencias negativas. ¿En dónde trazamos la línea que separa la honestidad de la discreción? En las relaciones íntimas, ¿dónde se ubica la línea divisoria que existe entre la sinceridad, no decir la verdad, y los principio éticos? ¿Cuándo se deben hacer confesiones y contar todo lo ocurrido?¿No sería mejor en ciertos casos, ocultar algunas privacidades y enterrarlas como se oculta un tesoro?”, se pregunta Chapunoff.
A continuación, relata un caso que trató en su consulta: un paciente y amigo estaba profundamente enamorado de una mujer. Su química sexual era perfecta hasta una noche en la que, mientras practicaban sexo anal ,ella le confesó con toda la inocencia que era la séptima vez que lo hacía. Esa confesión supuso la ruptura de la relación ya que él se sintió inseguro y vulnerable. No podía superar que ella lo hubiera hecho seis veces. Escuchaba en su cabeza una frase obsesiva como un mantra“Sexo, sexo, seis, sexo, sexo, seis”. Estaba dispuesto a casarse con ella, pero ya no: la confesión le había superado.
Chapunoff se pregunta si es acertado contar detalles de la vida sexual con anteriores parejas y se responde “Creo que es imprudente y contraproducente para una persona de cualquier sexo, discutir en detalle actividades sexuales con amantes del pasado. El mantener secretos inconfesados no significa deshonestidad o falsedad, sino cautela y discreción. A veces no deseamos decir demasiado. A veces no deseamos escuchar demasiado”.
Chapunoff matiza que en este caso ellos no se habían comprometido a confesarse toda la verdad, al contrario, era una relación en la que no se habían prometido sinceridad absoluta ni hablar del pasado, de ahí que considere que la confesión fue innecesaria. Sin embargo, pregunta a Howard, ¿qué ocurre si esta confesión se da en un contexto en el que la pareja se ha jurado decirse toda la verdad y nada más que la verdad?
El conflicto entre la sinceridad y la privacidad
Chapunoff relata un caso hipotético entre un hombre y una mujer que se van a casar. Él es muy conservador, con ideas contrarias al sexo antes del matrimonio, motivo por el cual ha decidido no acostarse con ella, y aunque sabe que su novia no es virgen, nunca le ha preguntado por su pasado sexual. Decidida ya la fecha del enlace, una noche él le pregunta con cuántas personas ha estado y el tipo de relaciones sexuales que ha mantenido. ¿Ella debería ser fiel a la promesa de sinceridad aplastante y confesarle que se ha acostado con diez hombres, practicado con mujeres y probado todo lo que le ha apetecido?. ¿Mentirle?. Callar?.
Dándole la vuelta a la situación, ¿Quién es él para indagar en el pasado privado de su pareja, vulnerando su intimidad y poniéndola en un compromiso tan doloroso?. Él debería preguntarse a sí mismo si no conoce la respuesta realmente en el fondo. Y tanto si la conoce en su fuero interno como si no, también debería preguntarse por qué desea saber, si está dispuesto a encajar la verdad, en qué afectará a la relación y si es justo para el otro invadir su privacidad ya que el pasado, pasado es.
Esas personas no están en su vida. Intentar controlar el pasado de su pareja refleja una inmadurez peligrosa y un alto grado de inseguridad.
¿Por qué mentimos?
Según Paul Howard por cuatro motivos:
1. Agrandar su ego, es decir, agrandarse ante los demás.
2. Evitar problemas y eludir responsabilidades o no cargar con la culpa ante algo que se ha hecho y cuyas consecuencias no se quieren asumir.
3. Las mentiras blancas, aquellas que se dicen para evitar ofender o molestar al otro.
4. Las mentiras para bromear, sin intención de lastimar al otro.
Entonces, en el caso que nos ocupa, el de la mujer a la que se le pregunta sobre su pasado sexual, si miente, dependiendo de su intencionalidad, puede ser una mentira del caso dos o del caso tres, puesto que su intención puede ser la de evitarse un problema o también para no lastimar al otro.
¿Qué hacer entonces?. Dialogar. Según Paul Howard ella debería preguntarle si realmente está dispuesto a conocer la verdad, por qué quiere saberlo y si eso será positivo para la relación. El diálogo antes que la respuesta cruda y dura.
Las mentiras más comunes
Las mentiras más habituales en una pareja son las dichas para agrandar el ego y las mentiras blancas. Robert Fieldman, psicólogo y autor del libro The Liar in your life (El mentiroso en tu vida), afirma en éste que en la primera cita se dicen un promedio de 18 mentiras en la primera hora, unas 3 cada 10 minutos, promedio que no baja en la segunda aunque se esté logrando mayor nivel de intimidad. No son mentiras realmente, sino alteraciones de la realidad para resultar más atractivo al otro, para minimizar los defectos; mentiras sobre el sueldo, la edad, el peso o los gustos personales para crear una empatía con el otro (a mí también me apasiona el Rock).
Según una encuesta realizada por MyCelebrityFashion, durante la primera cita el 47% de los chicos exagera sus logros académicos o laborales, el 38% dice haber tenido menos noviazgos que realmente no tuvieron, el 25% busca impresionar por otro lado afirmando que tienen un hobby interesante y el 19% exagera sus condiciones de vida.
Las mentiras blancas
Las mentiras blancas son muy habituales durante la relación, hay amor y no se desea herir al otro. “Endulza la punta de la flecha de la verdad con miel”, reza el proverbio; sin embargo hay una corriente en la actualidad que defiende la sinceridad aplastante, hiriente, sin tapujos. Seguidores de personajes como House o Risto Mejide que consideran que la sinceridad está reñida con la diplomacia y la educación.
Preguntarle a una subordinada delante de sus compañeros si lleva ropa interior no es ser sincero, es ser maleducado. Una mala educación innecesaria, pues la mayoría de las veces la persona que defiende a ultranza la sinceridad aplastante no aguantaría el mismo tratamiento: es el escudo del inseguro.
Paul Howard pone un ejemplo claro y conciso en su libro: » Si yo le propongo matrimonio a una mujer y le digo: Me encanta tu personalidad. Sin embargo, tu nariz es tan horrible, gigantesca,y deforme que me provoca náusea y la imperiosa necesidad de correr con desespero al inodoro más cercano. Ese comentario será cruel, innecesario. No hay necesidad para expresar la honestidad de esa manera.”
Ahora bien, si esa nariz nos perturba hasta ese modo, deberemos encontrar un modo correcto de comentárselo al otro para que piense operarse. Endulzar la punta de la flecha de la verdad con miel.
Mentir sobre el pasado sexual
La Universidad de Michigan realizó una encuesta en la que participaron más de 2.000 personas sexualmente activas, de ambos sexos, con una edad promedio de 40 años. Ante la pregunta ¿con cuantas personas has mantenido relaciones sexuales?. Las mujeres declararon haber tenido unas 8.6 parejas sexuales, mientras que los hombres dicen haber estado, en promedio, con 31.9 mujeres.
¿Quién miente?. Según Norman Brown, autor del estudio, la mentira no es consciente. La diferencia se explicaría por los distintos métodos que hombres y mujeres usamos para calcular el número de parejas sexuales.
Si se nos pregunta, ¿Con cuantas personas te has acostado?, las mujeres mencionamos nombres, subestimando números. Los hombres hacen una estimación numérica a la alza. Ambas conductas son significativas, especialmente en el caso de la mujer ya que de una manera inconsciente reduce el número para no ser tachada de promiscua, algo que todavía está mal visto socialmente.
Callar o no callar
¿Callamos entonces?.¿Cuándo hablar?. En el primer caso, ella fue inmadura al asumir que el otro era más abierto de lo que era, presupuso una apertura mental que no existía. Para evitar incurrir en este error debemos conocer lo suficiente al otro para saber si encajará nuestra confesión espontánea o será una bala que se clavará en su mente como una obsesión.
Obsesionarse con el pasado sexual de la pareja es algo más habitual de lo que parece. Los terapeutas asisten diariamente a personas de ambos sexos que no pueden soportar la idea de que su pareja se haya acostado con otras personas o practicado determinadas técnicas sexuales; eso les genera inseguridad, celos, dudas, obsesiones, imágenes recurrentes que destrozan a la pareja totalmente.
Vivimos en una sociedad con una dualidad y doble moral, especialmente en el caso de los hombres que disfrutan practicando sexo con una mujer pero no les gusta saber que ella ha disfrutado con otros. Como en el primer caso, él disfrutaba con el sexo anal con una mujer pero dejó de gustarle cuando pasó a considerarla su “futura esposa”. Como cuando en la película Una terapia peligrosa, Robert de Niro se indigna con su terapeuta que le sugiere que en vez de tener una amante para que le practique felaciones, le pida a su mujer que le practique sexo oral. “Estás loco. ¿Y que luego bese a mis hijos con esa misma boca?”.
Otra de las inseguridades que afloran tanto en el caso del hombre como de la mujer es el de si se estará a la altura del anterior. ¿Era mejor amante?. ¿Más guapo/a?. ¿Con mejor cuerpo?. ¿Pensará en él/ella alguna vez cuando lo hace conmigo?. Es un problema propio, no del otro; si no controlamos la inseguridad, un día nos preocuparemos no por los amantes del pasado, sino por los posibles amantes del futuro.
Ahora bien, aunque la inseguridad deba ser tratada desde dentro, el otro no tiene por qué alimentarla echando leña al fuego, por eso es esencial conocer a nuestra pareja, saber si encajará la verdad, si es mejor callar y, sobre todo, si debemos ocultar parte de lo que somos ya que, en ese caso, sería mejor buscar a alguien seguro y no a un inseguro cuyo ego debemos mantener pasando por encima de nosotros mismos.
Por eso, en el caso del marido puritano, si ella hubiera mentido en esa ocasión no hubiese servido de nada a la larga pues durante la noche de bodas y las noches sucesivas, él se hubiese dado cuenta de su experiencia previa.
¿Lo mejor?. Sinceridad; si esa sinceridad causa una ruptura, cuanto antes mejor. Eso no quita para que, como estamos viendo, se diga la verdad con educación y no con un “Pues me he follado a 30, me han dado por el culo tres veces y me encanta comer pollas”.
Hay que saber elegir el lugar, el momento y las palabras adecuadas por respeto al otro y, sobre todo, por respeto a nosotros mismos.
«Perdóname» – Pablo Alborán & Carminho
12 comentarios
Muy bueno. Gracias! ¿quién es el autor/a del artículo?
Yo creo es mejor ser discreto , hace unos días conocí a un hombre maravilloso que por el momento solo puedo considerar como un encuentro de la casualidad algo irreal , aún no me la puedo creer , me enamoro su forma ser , su inteligencia y el gran ser humano que es , todo el es perfecto , entre nosotros hubo mucha química y alquimia , algo que no me había sucedido desde hace años , sin pensarlo ya estábamos platicando de sexualidad , tema la masturbación femenina y la masculina , mi respuesta fue . No puedo decirte ., es mi secreto , el más íntimo y hermoso que debo guardar. Se quedó serio y después mire una tremenda risa de oreja a oreja , Gracias contestó. Le correspondi con una mirada de agradecimiento. Bajando mi cabeza en forma de respeto. Ami misma . Y para el .
Lo mejor es hablar con la sinceridad, porque ? si va ser tu esposa o esposo, es necesario que sepa la verda antes de casarse, si no se habla con la verda antes va ser un problema grave, por mas ingenua o ingenuo que sean, cuando tengan relaciones a medida que vayan avanzando se van a dar cuenta que si tiene experiencia, desde allí empieza la imaginación, se preguntan no me fue sincera o sincero, cuantas pareja habrá tenido, la mujeres son mas reservada que los hombres, no dicen la verda 100 % hay casos que las mujeres han hecho el sexo oral y anal, le dicen a su pareja que no les gusta hacerlo, cuando pasa el tiempo están teniendo relaciones la mujer entra a un estado de exitación, que hace el sexo oral el hombre le llega en la boca y los senos no dice nada, se repite, cuando se lo hace anal no le duele, le gusta la penetración es normal, ! Que quiere decir esto, que la mujer a mentido cuando decía que no le gustaba, que si lo había practicado, no se trata de descripción o ser reservada es de sinceridad, antes de que se entere por otro, medio. lo mejor es decir la verda.
Si, la verdad es que resulta un tema bastante complejo. Estoy de acuerdo en que, si se quiere mantener una buena relación de pareja, mejor ser sinceros y, si el otro no es capaz de asumir la realidad, mejor saberlo cuanto antes. ¿Quién no desea ser aceptado como es? Y cuando alguien pregunta, mejor estar preparado para la verdad o asumir que es su problema para tratar de solucionarlo.
[…] decirlo todo, confundiendo sinceridad con “sincericidio” como os hemos contado en el reportaje El pasado sexual de nuestra pareja: ¿sinceridad o […]
Reportaje con temática escabrosa, que como para todo lo que tiene relación con el pasado sexual hay que estar preparado, tanto para contarlo como para escucharlo.
Pienso que requiere una meditación previa y no lanzarse sin mas
Con este fantástico video he disfrutado un montón. Gracias !
Este tema a mi me trajo unas consecuencias terribles. De muy dificil solución y al final separados. Si no se acepta es mejor separarse y cuanto antes mejor.
ENHORABUENA POR LA WEB. Iinteresantes temas y útiles de verdad.
Ya te digo si es un problema. Si piensas que va a ser un problema, es verdad que mejor no contar nada. ¿ Pero si te lo pregunta ?. ¿Le mientes ?.
JODIDO ASUNTO
Y gracias por el precioso video de Perdóname.
Que buen reportaje. Muy realista,ante una problematica siempre complicada. Confianza mutua y aceptación de la pareja. El pasado… pasado es.
Preciosa canción y fantástico video. Gracias por ponerlo, todo un detalle.
Enhorabuena por la web.
Uffff.El pasado sexual tendria que estar claro. Significa confianza, complicidad, morbo, las cosas claras y el derecho a la protección en caso de prácticas peligosas.
Asunto muy complicado. Yo estoy más con la sinceridad total y si no funciona es que no te conviene.
Yo creo en la confianza mutua y la complicidad de la pareja, como un aspecto fundamental para mantener una vida sexual activa y placentera con la pareja.