
Nunca pretendí irrumpir en su cuarto, mis viajes se hacían delicias por descubrir, mi mente divagaba entre sábanas revueltas, pero cada letra que pronunciaban sus labios mojados por el deseo, me hicieron comprender que mis relatos se colaban por las ventanas abiertas de quienes me leían.
Al sentir el aire cítrico que escondía ese cuarto en particular, esa fragancia a mango que expelía el aire tibio de la chimenea, me fue encerrando entre sus mamparas y coartando mi largo viaje, invitándome a reposar en el tibio sofá que se extendía a un lado de la chimenea.
Un aire de humedad lo cubrió todo cuando se abrieron las puertas de cristal que separaban el baño de la habitación, entre vahos de vapor, un cuerpo moreno, se dibujo entre vaporosas ilusiones, unos ojos oscuros miraron el fuego de la chimenea, sin pensarlo, dejó caer la toalla para quedar desnuda en la tibia habitación… Nunca vio mi silueta tendida en el sofá,… más su mente, me traía dibujado entre sus dedos, boceteado entre sus senos turgentes y brillosos que acompañaban la dura belleza de sus pezones, quienes alentados por su imaginación, fueron pintando mi rostro y cuerpo entre sus manos… tan desnuda como había salido del baño, se tendió entre las suaves sabanas revueltas en su cama de altos respaldos de nogal color, y de suave textura. Sus dedos fueron despertando el cuerpo mojado, su vientre a temblores, fue dibujando su piel en claros granos como la piel de un ave, sus labios empezaron a copular despertando gemidos suaves y acompasados al ritmo de sus manos… yo estaba convertido en un muñeco de mármol ante tan bella imagen, y hacia mis adentros clamaba porque sus piernas se separaran, hasta que por fin, y quizás guiada por mis pensamientos, develaron en suave ademán, su sexo abierto y desnudo, que empezaba a sumir miel y licores que nacían justo en la parte más profunda de su ser, provocado por el más intenso de mis relatos escrito para ella. Sus dedos brillaban al caer la luz que reflejaba las llamas de la chimenea, y sus flujos robados por las yemas de sus dedos, se juntaban en un juego de armonía única y fugaz, para levantar sus caderas a cada embestida y exploración de sus dedos juguetones. Luego sus gemidos se hicieron intensos, y sus caderas exhumaron jadeos de ese cuerpo encendido por las más oscuras pasiones… Al mirar mi espíritu robado por las ventanas, atrapado por las cortinas de raso, observe como su mente me había desnudado, y de alma en pena, me fui esculpiendo desnudo hasta convertirme en carne viva, en cuerpo solido, mientras sus labios gemían y sus jadeos se hacían muy intensos, entonces fue, cuando mi cuerpo, tomando vida, se transporto en el espeso ambiente cítrico de la habitación, hasta quedar tendido en su cama y enredado entre sus piernas, dónde el licor que fluía de su sexo, me atrajo hacia sí, y me fundí entre sus piernas, lamiendo cada gota que de su piel humedecida arrancaba, para caer suavemente en mi boca, cada vez más cerca, mientras mi boca y nariz se hundía en su oscura y mojada morada que habían abierto sus dedos para mi…. la bebí lentamente, sentí bailar los hombres danzantes en su vientre, sentí mi lengua embadurnaba de sus néctares, y no me detuve hasta verla despegar su cuerpo de las sabanas entre jadeos y gritos de placer, hasta verla fundida en mi boca, hasta verla
morir entre murmullos de satisfacción, hasta verla rendida a mis pies y entregada a todos mis caprichos… cuando su cuerpo fue tomando la calma, escale por sus caderas aferrado a su cintura, que no dejaba de temblar entre mis manos a cada beso que posaba en ella, y fui bebiendo toda la piel que le cubría, alcanzando el rebosante y lácteo goteo de sus pezones, mientras mi sexo entraba en ella sigilosamente, para despertarla nuevamente a mis suplicios amatorios, hasta enterrarme profundamente en ella para empezar la danza libre de los hombres danzantes, y entre jadeos, besos y embestidas fui tomando derecho de su espíritu y alma, para finalmente deshacerme dentro de ella, donde se fue dibujando el fuego que nacía en mi interior como lava ardiente, ocupando cada rincón en su mente y alcanzando a fundirme hasta desaparecer en su interior…
Sentí como mi cuerpo se elevaba sobre la habitación, como el vapor que había visto aparecer del baño, pero yo era vapor de su sudoroso viaje interior, de su sensible sueño, y el producto de su imaginación que la había transportado al más bello de mis paisajes , hasta llenarla de placer y agonía en mis jardines, en fin… se había transportado a los Jardines de Don Juan.
Rodrigo Fúster ©
"Me cuesta tanto olvidarte" - India Martinez & Carlos Cano
ME CUESTA TANTO OLVIDARTE por Gema Lozano en Vimeo.
Autobiografía
Mi seudónimo de escritor es… Rodrigo Fúster. Soy Publicista,comunicador audiovisual y fotógrafo, pero en el fondo, un escritor que le gusta hablar de sexo, sensualidad y erotismo…. La locura de mis letras es mi vida intima, lo que soy en esencia, y mi seudónimo, mi pluma escondida. En cuanto a mi biografía… así me describió alguna vez una mujer que se enamoró de mis letras, me gusta, me define…
«Yo quería conocer a Gustab ese escritor tan cerca de la locura…
Si es verdad, andaba por la vida buscando al «amante perfecto» a aquel que me hiciera volar con sus palabras, con sus caricias, con su pasión… Y saben algo, lo encontré!!!! estaba ahí, con sus palabras para seducir, para enamorar a cuanta «Dulcinea» necesitada de amor anduviera por la acera, entre calles adoquinadas, un hombre al que todas amamos, pero que no es de ninguna, un hombre libre, un hombre de una belleza tan particular que no existen dos iguales, apasionados y sensitivos, dispuestos a lo que sea por conseguir ese trozo de locura que les falta para salir disparados de la tierra y quedarse allá arriba donde están los que son felices. Un hombre que encanta, un hombre que sana heridas, un hombre que diluye cualquier signo de cansancio y que entrega fuerzas para volver a amar… De esos hombres que conocen perfectamente a las mujeres, y saben como hacernos temblar con tan solo un par de palabras, de esos hombres que no tienen dueña, porque ellos aman de una forma especial, aman a las mujeres que los utilizan, se dejan utilizar por nosotras, se van con la primera que les ofrece palabras de pasión y cariño, de esos hombres que son felices siendo utilizados por mujeres que sufren y viven vidas «vacías» y aburridas, así era el hombre que conocí, así es, y allí esta esperando a que mi cuerpo sane, a que mi corazón descanse, a que mi deseo vuelva, allí esta él con sus brazos extendidos esperando a que esa pequeña tentación vuelva a ser la que lo excitaba, la que lo enamoraba…»
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1 comentario
Que relato más caliente …. me encanta. Que bonita canción de Carlos Cano con India y que culo perfecto el de la foto principal.