Le observo, silenciosa, apoyada en el marco de la puerta. Escribe concentrado, inaccesible, hierático. No veo su rostro, seguro que tiene el ceño fruncido y arrugas pronunciadas alrededor de los ojos. Sus dedos se deslizan rápidos por el teclado. Se ha rendido al ordenador, aunque algunas tardes se rebela y emborrona cuartillas, nostálgico homenaje al pasado. Ni siquiera se ha dado cuenta de que estoy aquí. Si hiciera ruido, tampoco se percataría. Como mucho, miraría en mi dirección sin verme, mi cuerpo translúcido como el de un fantasma, aire que pretende ser carne. Siento celos de ella cuando le arrastra a su mundo y el mío se difumina. A ese lugar cuyo acceso me está vedado y con el que no puedo competir. Aunque, a veces, consiga colarme por los resquicios y reconozco una calle por la que deambulamos cogidos de la mano, una noche en la que sólo existíamos nosotros, una frase que le gemí en la oscuridad. Le deseo. Hoy no me sirve ser recuerdo inmortalizado en papel. Quiero la eternidad de este instante. Una pequeña muerte tras la que renacer a la vida. Me desnudo despacio aunque el hambre me apremia. La ropa cae al suelo con un fugaz susurro. Atravieso la habitación como un samurái que se desliza sobre papel de arroz. Hundo mi nariz en su pelo y le rodeo con los brazos desnudos. Apenas se sobresalta sumido, aún, en su sueño. Descubre, aletargado, la tibieza de mis pechos en su nuca. Le arranco de su lado cuando giro la silla y quedan a la altura de su boca. Los acoge, cálida, húmeda y sedienta. Chupa glotón, con la feroz avidez de un niño. Los dientes aprietan arrancándome un gemido y la suavidad de su barba, un escalofrío. Me siento a horcajadas sobre su miembro y lo libero para apresarlo en mi sexo. Nieva en el valle pero nosotros ardemos.
Brenda B. Lennox ©
«Secret Garden» – Bruce Springsteen
6 comentarios
Un relato muy sensual. A la altura del resto.
si que me he puesto, si…
Muy buen blog, recien descubierto, y con ganas de seguir…
Precioso relato, y caliente, como siempre
Precioso y muy erotico relató.
Buaaaa, que ardiente. Me imagino la escena con la chimenea encendida y nevando fuera, que más se puede pedir. Me he calentado muchíiiiiisimo. Gracias.
Que bonito. ME ENCANTA.