Cómo hablar de sexualidad con nuestros hijos
Cuando en el colegio me enseñaron el largo y complicado trayecto que tiene que realizar la cigüeña para traer a los niños desde París, mi mejor amiga de entonces me señaló con el dedo y comenzó a gritarme «Tus padres lo han hecho. Tus padres lo han hecho». Indignada, respondí. «Entonces, los tuyos también». «Ah, no-gritó con cara de asco-Los míos no».
Era difícil asimilar que los padres habían practicado sexo y una tortura psicológica imaginarlo. Era lógico, en aquel entonces, hablar de sexo en el ámbito familiar era tabú. Con suerte, si había charla ésta se reducía a la función reproductiva y sin demasiados datos, que para eso lo daban en clase de ciencias naturales. Pero en ciencias naturales explicaban lo justo, así que la educación sexual se reducía a alguna revista o película porno, la catequesis y los largos debates filosóficos con otros niños tan perdidos como tú.
Cuando uno llegaba a la adolescencia, en su interior bullía una mezcolanza de topicazos, prejuicios y traumas religiosos que convertían al sexo en algo prohibido, sucio, repugnante a la vez que morboso, atrayente y deseable.
No era de extrañar que cuando los padres decidieran que ya era el momento de la charla seria, ninguna de las partes estuviera demasiado abierta al diálogo y aquello acabara con la frase «Como seguro que ya sabes, sólo decirte que tengas cuidado de no quedarte embarazada/embarazar a alguien», seguida de una huida rápida.
La necesidad de educar a los hijos
Es peligroso no educar correctamente sobre sexualidad desde la infancia ya que algunos tópicos son perniciosos y se perpetúan. En su libro El malestar en la cultura, Sigmund Freud afirmó: «El hecho que se oculte a los jóvenes el papel que la sexualidad habrá de desempeñar en su vida, no es el único reproche que se puede aducir contra la educación actual. Además, peca por no prepararlos para las agresiones cuyo objeto están destinados a ser.
Al entrar la juventud a la vida con tan errónea orientación psicológica, la educación se conduce como si se enviara a una expedición polar a gente vestida con ropa de verano y equipada con mapas de lagos italianos».
Parece que no ha cambiado demasiado la educación en los 84 años que han transcurrido desde esta cita. España es uno de los países europeos donde la educación sexual sigue siendo una asignatura pendiente aunque se intentó impartir a través de la Educación para la Ciudadanía hace unos años.
Expertos como Bernabé Tierno, psicólogo, pedagogo y escritor opinan que deben ser los padres quienes eduquen a los hijos sobre sexualidad de una «forma gradual» y sin separar la educación sexual de la educación en el amor. «Uno de los grandes errores que comete la sociedad es separar la educación sexual del adolescente de la educación integral de la persona y, en especial, de la educación afectiva y moral».
Los padres deben hablar con sus hijos antes de que la sociedad lo haga por ellos, pero, por desgracia, muchos no se atreven a afrontar el tema. Otros padres lo intentan, pero pueden cometer el error de hacerlo demasiado tarde, o de manera errónea.
Hablar de sexo con los hijos
La Organización Mundial de la Salud considera que la Sexualidad es «Un aspecto central del ser humano, a lo largo de su vida. Abarca al sexo, las identidades y los papeles de género, el erotismo, el placer, la intimidad, la reproducción y la orientación sexual.»
A pesar de que la sociedad en la que vivimos haya evolucionado y, poco a poco, acepte la sexualidad como parte esencial del ser humano, todavía seguimos sintiendo cierta vergüenza al hablar de ella con miembros de nuestra familia.
Según Amber Madison, autora del libro Cómo hablar de sexo con los adolescentes… para que te escuchen, los padres no hablan de sexo porque «A la gran mayoría le resulta incómodo, o le da reparo, o vergüenza, porque no quieren decir nada que anime a sus hijos a lanzarse a las relaciones sexuales… Porque lo más probable es que no tengan ni idea de qué decir o de cómo decirlo… los motivos son muy diversos».
No hay que tener vergüenza, sino aceptar la sexualidad como parte de nosotros mismos y de los hijos y hablar con ellos, como aconseja Ana Muñoz, desde pequeños.
Cómo hablar de sexualidad con niños en edad preescolar
Es una etapa de su crecimiento en la que el niño suele hacer muchas preguntas. Los padres no deben mostrarse alarmados ni escandalizados, ni decirle que es pequeño para saberlo. Hay que contestar a sus preguntas con naturalidad, aunque sin entrar en detalles.
En cuanto a los eufemismos, mejor evitarlos y no decir “colita” sino pene, “conchita” sino vagina. Ser sincero pero manteniendo un equilibrio, puesto que hay que entender la capacidad de comprensión de cada edad.
Si, por ejemplo, pregunta de dónde vienen los niños, se le puede contestar que crecen dentro del vientre de su madre, pero sin ampliar información si no pregunta más.
Desde pequeños debemos alertarles sobre los peligros de los pederastas y los abusos sexuales. Un buen momento es el del baño, tanto para enseñar a los hijos el nombre de sus genitales, como para decirles que es algo privado y que nadie debe tocarlo, sea niño o adulto y que si le dicen que lo calle, debe contárnoslo.
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Si tiene entre 7 y 10 años, es mejor sacar el tema antes de que pregunte porque está en una edad en la que comienzan a hablar entre ellos y siempre será mejor que reciba una información correcta. Hay libros apropiados para niños de su edad que nos ayudarán a explicarles cosas sobre la sexualidad. Sentarse al lado del niño y hojearlo como el que lee un cómic hará que ambas partes estén relajadas ante la conversación.
Cómo hablar de sexualidad con hijos de 10 a 12 años
Según la Dra. Vanesa Fernández López, a estas edades los niños empiezan a sentir vergüenza hacia los padres y no preguntan, pero eso no quiere decir que su interés haya disminuido. Cuando les demos información, no deberá limitarse al tema sexual-biológico, sino incluir todos los aspectos de la sexualidad: afectivo, relacional, psicológico, etc.
Un tema que suele aparecer con más fuerza en estas edades es la masturbación. Aunque los niños suelen masturbarse desde edades más tempranas con inocencia ante el placer obtenido, es en éstas cuando toman conciencia del hecho y es posible que se dé alguna situación comprometida.
Los padres deben respetar su privacidad y entender que si no lo hacen, pueden pillarlos en una situación comprometida. Si es el caso, hay que actuar con normalidad puesto que la masturbación es otra de las manifestaciones de la sexualidad y si acaso decirles en otro momento que no es nada malo pero que, para evitar situaciones violentas como esa, cierren con pestillo.
Es en estas edades cuando los padres deben proporcionar la información sobre relaciones sexuales al completo incluidas las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y los métodos anticonceptivos. Puede que nos parezca una edad muy temprana, pero las estadísticas señalan que muchos menores se inician en el sexo con 12 años.
Es en este momento cuando debemos alertarles sobre las relaciones personales, como aprender a distinguir las relaciones abusivas para que no caigan en la co-dependencia arriesgándose a situaciones machistas o a situaciones de maltrato físico o psíquico, de los peligros de Internet y los móviles, de compartir detalles íntimos con amigos que no sean realmente conocidos; así como de enseñarles valores como el respeto al otro y a sí mismo.
Cómo hablar de sexualidad con adolescentes
En su libro Cómo hablar de sexo con los adolescentes… para que te escuchen, Madison da consejos sobre cómo desarrollar la comodidad suficiente para mostrarse abiertos con los hijos a la hora de hablar de sexo y cómo hacerlo para que no caiga en saco roto.
Éstas son algunas de las recomendaciones esenciales:
Tener presencia en la vida de los hijos. Si no hay implicación en la vida de un hijo, es muy complicado empezar a hablar de sexo y que acepte escuchar, ya que tenderá a pensar «Ah, ahora quieres hablar, pues ahora no quiero saber nada». El acercamiento debe ser gradual, suministrarle información durante toda su infancia, no sólo cuando ha llegado a la adolescencia. Es mejor empezar demasiado pronto que demasiado tarde.
Superar la vergüenza. No hablar de sexo con los hijos es una verdadera negligencia que traerá consecuencias en la vida real. No hay nada vergonzoso en la sexualidad: es parte del ser humano. Ahora bien, si no puede evitar sentirse incómodo, puede decírselo al hijo, hacerle partícipe de su incomodidad; es probable que el hijo también lo esté y la confesión del progenitor cree un clima de complicidad.
Momento y modo. Hay que encontrar el momento adecuado para empezar la conversación y el tono empleado para hablar de sexualidad. Es mejor un tono tranquilo, sereno, enfocando la situación con total normalidad.
También es importante la comunicación no verbal, por eso no es bueno sentarse frente a frente ya que resulta intimidatorio, ni tampoco emplear un tono muy serio. Un paseo por un parque, un viaje en coche, son situaciones que favorecerán la conversación.
Es mejor iniciar el tema dejándose llevar por la imaginación y la oportunidad: la letra de una canción, la escena de una película, un anuncio, una noticia, rememorar una anécdota propia…
Conversación. Al comenzar a hablar, se debe evitar tratarles como críos, pero también como colegas, deben saber que les habla un padre; pero evitando caer en el sermón. El hijo debe intervenir expresando sus opiniones, incluso cuando sean contrarias a las nuestras.
Hay que evitar personalizar, las afirmaciones deben ser generales para que no se sienta aludido y, por lo tanto, atacado ya que se pondría a la defensiva. También hay que evitar las afirmaciones categóricas, nadie tiene la verdad absoluta sobre nada.
Dudas. Si el hijo pregunta y no se tiene clara la respuesta, es mejor no darla. No hay nada malo en reconocer que se comparte la duda; pueden buscar juntos la respuesta en libros, manuales o Internet y resolverla, reforzando el vínculo.
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Aprender para enseñar
Cuando los hijos plantean sus dudas sobre la sexualidad, los padres se enfrentan a las suyas y afloran los prejuicios, las inseguridades y los miedos. Sentimientos encontrados como padres que desean proteger y como padres que deben dejar libertad. Antes de educar a los hijos debemos educarnos a nosotros mismos; revisar seriamente nuestra sexualidad, enfrentarnos al hecho de que no lo sabemos todo y que lo que sabemos puede ser erróneo. Sólo de este modo podremos enseñar al otro a la vez que a nosotros mismos, creciendo y ayudando a crecer.
También debemos informarnos sobre las inquietudes más frecuentes sobre el sexo en función de la edad que tienen los hijos, documentarnos sobre ellas y preparar las respuestas para que cuando lleguen las preguntas no nos pillen por sorpresa y podamos darlas de manera adecuada al nivel de comprensión del menor.
La complejidad de los comportamientos sexuales del ser humano es fruto de su cultura, su inteligencia y de la sociedad. La actitud de los padres ante las dudas sexuales del hijo y por ende, hacia su sexualidad, será determinante de la salud de ésta.
«HOY» – India Martínez
10 comentarios
[…] abordar en el reportaje Cómo hablar de sexualidad con los hijos, esta cuestión, hemos entrevistado a la psicóloga María Jiménez, que ejerce en El Prado […]
Es importante hablar con los hijos sobre la sexualidad. Al fin y al cabo es algo que nos acompaña desde que nacemos (algunos estudios manifiestan que incluso desde el útero). Hoy en día reciben información en los centros escolares (al menos en los públicos de la Comunidad de Madrid), no como parte de una asignatura pero sí a través de pedagogos, psicólogos y otros especialistas externos. Sin embargo, no por ello debemos eludir nuestra responsabilidad en este campo, igual que no lo hacemos o intentamos no hacerlo en otros aspectos de su crecimiento. Dado que la sexualidad es algo natural, naturalidad ante todo, sin olvidar nuestro rol de madre/padre.
Excelente reportaje.
Hablar de sexo con los hijos. Antes nos tienen que enseñar a nosotros. Somos muy vagos para hablar de estas cosas. Es más fácil mandarlos de preescolares.
El deber y la obligación de todo padre, madre, tutor… guiar a quienes quieres, en su futura vida sexual, para que le vaya bien, para que sea feliz , para que disfrute, para estar sano, para compartir, ….
Interesantísimo el reportaje, lo que aprendemos bien en la infancia hará que seamos personas con una autoestima alta y sexualmente sanas
Que mal lo hacemos los padres en lo que se refiere a sexualidad. Es muy dificil hacer esto, si estamos cargados de tabúes e hipocresía respecto al sexo. Si no nos liberamos nosotros como vamos a liberarlos a ellos. Efectivamente: aprender para enseñar.
Vaya contenidos mas interesantes que trae hoy SEXOLOGICOS, me vienen muy bien como padre, es una fantástica guía para saber como hablar de sexualidad a mis hijos.
Ojalá a mi me hubieran instruido mis padres siguiendo las pautas de este reportaje, seguro que me habría ahorrado mas de un problema….
Que buen reportaje.Cuanta razón tiene y que mal lo hacemos los padres.
Que repor tan bueno. Cuanta razón tiene y cuantas cosas tenemos que aprender los padres.Luego pasa lo que pasa