
«Lo que me fascina del sexo es que es irrefrenable, que uno pierde casi el sentido, abocado a ese placer que te arrastra al abismo»
José Luis Muñoz, estudió Filología Románica en la Universidad de Barcelona durante los años de las revueltas estudiantiles contra la dictadura franquista y militó en grupos de oposición democrática hasta la muerte de Franco.
Es escritor, novelista, articulista, apasionado del cine y viajero. Aunque ha incursionado en casi todos los géneros literarios ─ el fantástico, el erótico y el histórico ─, el que más ha frecuentado ha sido el género negro, siendo uno de sus más genuinos representantes en España. Como articulista de opinión ha publicado numerosos escritos y columnas en los diarios El Sol, El Independiente, El Observador y El Periódico, entre otros, y reportajes en las revistas GQ, DT y Cinemanía. Escritor vinculado a la Semana Negra de Gijón, desde sus inicios, ha dictado también conferencias en universidades de Latinoamérica e intervenido en diversos foros literarios. Su blog literario LA SOLEDAD DEL CORREDOR DE FONDO http://lasoledaddelcorredordefondo.blogspot.com es un referente en la red.
Entre los numerosos premios literarios que ha obtenido a lo largo de su carrera destacan el Tigre Juan, el Azorín, La Sonrisa Vertical, Café Gijón, Letra Erótica, Camilo José Cela y el Premio Internacional de Novela Negra Ciudad de Carmona. Simultánea la escritura de novelas y libros de relatos con reportajes de viajes para las más prestigiosa revistas del ramo como Traveler y Viajes National Geographique, entre otras. Sus obras han sido traducidas al búlgaro, checo, italiano y francés.
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Entonces Yavé Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida. Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.» ¿Por qué este versículo para el título de tu última novela?
José Luis Muñoz
Buena pregunta y muy pertinente. Hay veces que un libro tiene un título claro desde el principio, es más, que el propio título, como me ha ocurrido alguna que otra vez, desencadena la narración. No es el caso de “Te arrastrarás sobre tu vientre”, mi última novela. Manejé una serie de títulos, todos relacionados con la serpiente y el hecho de arrastrarse, pero ninguno me convencía hasta que llegué a ese versículo del Antiguo Testamento. La Biblia tiene frases perfectas y contundentes. Los protagonistas de la novela se arrastran como serpientes por su vida. Es más, el masculino, Gaspar Noriega, la lleva tatuada en el hombro. La serpiente representa el mal y la astucia. El título creo que es perfecto e ilustra lo que es la novela.
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“Te arrastrarás sobre tu vientre” está basada en hechos reales.
José Luis Muñoz
La segunda parte de la novela es la que está basada en hechos reales de cierta trascendencia mediática que sucedieron veinte o treinta años atrás. Cuando decidí acometer la historia me dije que sería muy interesante imaginar qué había sido ese personaje que tomaba de la vida real antes de triunfar socialmente. Gary Loriga, el protagonista de la novela, un empresario de éxito subido a la burbuja inmobiliaria, ha sido un matón gansteril antes de su ascenso social. Curiosamente el personaje real en el que me inspiré murió cuando el libro estaba en imprenta. A veces la historia de los libros es otra historia tan apasionante como los propios libros, cómo uno escoge una historia, le da prioridad sobre otras, de dónde viene y por qué se desarrollan de una determinada manera.
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No es la primera novela que escribes que parte de un hecho real.
José Luis Muñoz
En efecto. Han sido varias. “El mal absoluto”, mi visión del Holocausto, partía de una entrevista que vi en la BBC en la que un oficial de las SS, nada arrepentido de las salvajadas que había cometido en Auschwitz, y uno de los supervivientes del campo de exterminio respondían a la periodista sobre asuntos muy espinosos y descarnados. Cuando vi ese programa y a los dos hombres me dije que ahí había una historia que contar y que debía hacerlo yo. En “Tu corazón, Idoia”, una novela sobre el terrorismo etarra, cojo a dos etarras bien conocidos y heterodoxos en su trayectoria, y los integro en un Comando Barcelona que intenta volar el edificio de Capitanía General y provoca una brutal matanza. “La caraqueña del Maní” habla de los terroristas etarras que viven en Venezuela. Lo mismo sucede con algunas de las novelas históricas que he escrito.
Has dicho de tu faceta como articulista de opinión «Escribo porque la realidad me irrita. En esos artículos está mi parte más crítica, la que se indigna, por ejemplo, con la reciente masacre en Gaza. No sé si son útiles. A mí me sirven para lavar mi conciencia, descargar la rabia que me producen ciertas imágenes y más, sobre todo, la indiferencia de la clase política ante lo que ocurre. Ante las injusticias cuesta mantenerse callado. Eso forma parte de mi ADN desde mi juventud.»
Creo que, por desgracia, no forma parte del ADN de la juventud actual. ¿La indiferencia de la clase política es consecuencia de la desidia general hacia lo que le ocurre al otro?
José Luis Muñoz
No hay que generalizar sobre el pasotismo de la juventud. El 15M y el fenómeno Podemos son precisamente hijos de esa concienciación. Pero es cierto que la juventud ha estado durante muchos años desmovilizada y desmotivada y, quizá, por culpa de mi generación que luchó mucho, alcanzó la democracia pero luego se acomodó. Esa generación que mimamos entre algodones, que educamos al máximo, que es la más preparada del país, resulta que es la que tiene que emigrar porque aquí no encuentra ni salida laboral ni vital y tendrá que trabajar en condiciones nada favorables hasta el umbral de la muerte porque nadie va a garantizar sus pensiones. La crisis que aterroriza a los partidos políticos clásicos ante el nacimiento de nuevos es muy interesante. La gente estaba más o menos pasiva porque la situación no era muy dramática. Ahora, desde hace muchos años, hay alarma social, nos hemos empobrecido todos hasta un 30% en los últimos años, hemos visto como nuestros impuestos crecían de forma exponencial pero han ido a salvar a los bancos y no a las personas. Buena parte de la sociedad española está indignada con la corrupción insostenible y escandalosa que afecta a partidos y sindicatos. Toca un cambio de régimen radical porque este ya no sirve. Por primera vez, en muchos años, se percibe una luz al final del túnel.
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La novela negra nació en las primeras décadas del siglo XX en Estados Unidos para reflejar una situación social compleja motivada por las crisis económicas, la ley seca y el crimen organizado. A pesar de que nunca ha dejado de interesar como género literario, lo cierto es que ha resurgido con fuerza en las primeras décadas del siglo XXI. ¿Tan poco hemos cambiado?
José Luis Muñoz
Bueno, la novela negra nació ya con el primer libro conocido, con la Biblia, con el asesinato de Abel por Caín. No cambiamos y tropezamos siempre con la misma piedra. El hombre no aprende de sus errores. Cometió el Holocausto, se exterminó durante las dos guerras mundiales, y se siguió exterminando en la exYugoslavia, en Ruanda y en tantos otros sitios.
Los temas de la novela negra no se agotan por desgracia porque miremos donde miremos vemos corrupción y violencia. El mundo de la delincuencia se ha sofisticado, araña el poder, se incrusta en él, en muchos casos gobierna países. Hemos visto gobiernos, como los de Estados Unidos o Israel, saltarse las resoluciones de la ONU, destrozar territorios quizá para siempre, asesinar a mansalva. La ética, hasta la ética algo hipócrita que había antes, ha desaparecido cuando los propios estados “civilizados” hablan sin tapujos de asesinatos selectivos y de torturas, que son figuras delictivas. Ya no se esconden. En Italia sigue mandando la Mafia que ha tenido en las más altas esferas del poder a algunos de sus prominentes miembros. En Estados Unidos la Cosa Nostra ya no suena mucho porque quizá ya esté dentro de las instituciones, en los lobbies gigantescos que son los que deciden qué guerra montar, en dónde hacerla, su duración. Sufrimos desde hace muchos años la alarma terrorista, lo que muchos llaman la tercera guerra mundial difusa, del yihadismo cuyo último zarpazo ha sido asesinar a la redacción de Charlie Hebdo en París, pero casi el mismo día asesinaban a dos mil personas una de su franquicia y nadie se manifestaba por ellos. Al terrorismo no sólo se le combate con acciones quirúrgicas, hay que ir a sus orígenes, saber de dónde ha salido, de la desesperación de gente sin futuro que no tiene nada que perder y se abraza a la bandera del fanatismo. Este terrorismo que nos aterroriza, el de Al Qaeda y todas sus ramas, y el del Estado Islámico, tienen un gigantesco campo de entrenamiento gracias a la torpeza criminal del Trío de las Azores, cuyos miembros espero sean juzgados algún día, por haber invadido y destruido países en Oriente Medio. Hablamos de nuestra cuota de muertos insoportable, de los que sufrió España en los atentados del 11M, pero en la segunda guerra de Irak perecieron 400.000 civiles. La situación actual de España no es menos halagüeña, aunque por fortuna haya desaparecido el terrorismo etarra y parece que la policía está siendo muy eficaz con los reclutadores yihadistas, con casi todas las instituciones tocadas por la corrupción. La novela negra denuncia ese estado general de las cosas a través de historias particulares. El personaje de “Te arrastrarás sobre tu vientre” es precisamente un tipo muy actual, un gánster despiadado y violento que se recicla en honorable empresario en la segunda parte de la novela. Sigue vigente la frase de Balzac de que detrás de cada fortuna hay siempre un crimen.
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Algunos criticaron la visión negativa que das de Barcelona en algunas de tus novelas, pero yo considero que, como buen escritor de novela negra, muestras lo que se esconde debajo de la alfombra.
José Luis Muñoz
Sufrí un varapalo considerable con “Barcelona negra”, mi segunda novela, que fue considerada por algunos críticos bastante lerdos como un ataque a la ciudad en la que me he criado. Yo no hablo de una ciudad de colorines, de diseño, que es lo que quieren que se vea de Barcelona, sino de una Barcelona subterránea, que existe, y recreo. Lo hice en “Barcelona negra” y en “Ciudad en llamas”, que son dos distopías separadas en el tiempo 25 años. Lo vuelvo hacer en “Te arrastrarás sobre tu vientre” en donde retrato, desde mi memoria, una Barcelona que ya no existe, la del Barrio Chino que ha derribado la piqueta urbanística para remodelar el barrio rojo de Barcelona y convertirlo en una parcela de especulación. Para mí las ciudades, en todas las novelas, son un personaje más. Lo es Caracas en “La caraqueña del Maní”, Bangkok en “Patpong Road”, La Habana en “Llueve sobre la Habana”. Barcelona, pese a los especuladores, tiene alma, es una ciudad muy viva que se renueva constantemente. Mi última novela habla de una ciudad separada por la frontera de la Diagonal, la Barcelona sur, junto al mar, y la norte, limitando con el Tibidabo. Dos clases sociales que viven a uno y otro lado de esa frontera que ahora ya no lo es tanto pero sí lo era en la época en que ubico la primera parte de la novela.
Tus personajes caminan sobre la delgada línea que separa el bien del mal. ¿Quién tiene derecho a trazarla?
José Luis Muñoz
Los gobiernos, en teoría, por mandato popular. Pero luego el poder se hace leyes a medida. Es más fácil que vaya a la cárcel el robagallinas que el ingeniero financiero, cuando las víctimas de este último se cuentan por miles. Yo siempre digo que a mí nunca me han atracado hasta ahora, con la crisis, que no es otra cosa que una enorme estafa a nivel planetario. La línea entre el bien y el mal es muy fina, en efecto, y se traspasa continuamente. Los propios sujetos que deberían velar por el cumplimiento de las leyes son los primeros que las infringen a conveniencia. Cuando a un país como el nuestro lo está gobernando un partido que se está demostrando que ha manejado dinero negro a espuertas no se le puede exigir al ciudadano que cumpla con sus obligaciones. Vivimos en un país, para nuestra desgracia, bananero, con un gobierno que debería haber dimitido en bloque hace mucho tiempo y unos partidos, hablo del PP y PSOE, fundamentalmente, que tendrían que refundarse de nuevo tras hacer una drástica limpieza en sus filas.
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Tus mujeres son de armas tomar…
José Luis Muñoz
Y los hombres. Pero ellas son muchas veces más inteligentes, saben utilizar mejor sus armas de seducción ya que no tienen fuerza física para ser tan violentas como sus oponentes masculinos. Huyo, no obstante, del tópico de la mujer fatal que es un estereotipo de la novela y el cine negro norteamericanos, de esa rubia fatal. Las mujeres de mis novelas pueden ser o no sofisticadas, pero tienen todas ellas mucha personalidad, son, muchas veces, más fuertes que los hombres por carácter. Sucede en “Te arrastrarás sobre tu vientre” con Silvia/Perlita.
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El sexo suele estar muy presente en la novela negra: “Escupiré sobre vuestra tumba”, “El cartero siempre llama dos veces”… ¿Están unidos de modo indisoluble?
José Luis Muñoz
Eso parece si repasamos la historia de la novela y el cine negros. El sexo y el dinero están presentes en buena parte de los delitos. El sexo es una pasión que puede nublar el entendimiento, llegar a ser algo descontrolado que obligue a alguien a hacer algo que no haría en su sano juicio. En “Te arrastrarás sobre tu vientre” hay bastante sexo explícito porque la trama gira, precisamente, alrededor del mundo en la prostitución en la Barcelona del tardofranquismo y Gaspar Noriega, su protagonista, es un matón a las órdenes de un proxeneta. Del sexo de pago en el infecto Barrio Chino se pasa a los bares de alterne de la zona alta de la ciudad, y eso forma parte de la evolución y del ascenso social del protagonista.
Lujuria, Ira, Gula, Pereza, Vanidad, Envidia, Soberbia… no hay un pecado capital que tus personajes no cometan. ¿Te atrae la naturaleza oscura del ser humano?
José Luis Muñoz
Pues creo que mis personajes cometen todos los pecados capitales y alguno más porque el mal forma parte del ADN humano y ahí está la historia de la humanidad para demostrarlo, sin un solo segundo de paz. De las novelas lo que más me interesa es la construcción de los personajes. Una novela sin personajes no es novela. Y con personajes quiero decir que tengan vida, que el lector sepa quién es cada uno por la forma de hablar, de comer, beber, amar o incluso matar. Mi obsesión, desde mis inicios literarios, ha sido el mal, intentar averiguar por qué el mal forma parte intrínsecamente de la naturaleza humana. Creo en el dualismo, que anida en nosotros el bien y el mal, en algunos predomina el mal, por supuesto, y que el mal lo reprimimos por razones éticas, de convivencia o por temor al castigo. En todas mis novelas personajes que parecen normales son capaces de comportamientos criminales. En “Te arrastrarás sobre tu vientre” el protagonista es un villano, pero lo es por sus condicionantes vitales, porque nadie lo quiso, y si nadie lo quiso es incapaz de querer hasta que siente una pasión irracional por Silvia, la prostituta universitaria que lo trastoca, telúrica, que lo domina. Quizá la novela en la que más profundizo mi obsesión por el mal sea “El mal absoluto”. Nada hay en la historia de la humanidad comparable a la maldad racional de los nazis. Ese fue el crimen más espantoso jamás conocido, porque se hizo de forma racional y metódica, con una frialdad espantosa, con el ánimo de hacer el mayor daño posible y un desprecio absoluto por la vida ajena. Fue sin duda la novela que me resultó más difícil escribir, porque cuando me ponía en la piel del nazi, que es uno de los protagonistas, me sentía enfermar.
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¿Hay algún pecado o vicio confesable que te tiente como la serpiente?
José Luis Muñoz
Haberlos haylos y alguno de ellos me ha cambiado de forma radical la vida. Creo que se nace y se muere a lo largo de la vida muchas veces, y no sólo con el paso de la niñez a la adolescencia, y de ésta a la edad adulta. Algunos vicios gastronómicos que tenía, por ejemplo mi adicción a los dulces, han decaído con el paso de los años.
Vicios confesables son el cine, ir a los festivales de cine (este año estuve en el de San Sebastián y en el de Gijón y me tragué 90 películas), leer y escribir. Tengo pasión por la montaña, por eso paso buena parte del año en el Valle de Arán, un paisaje espectacular que invita a la mirada interior, a la reflexión. Tengo un vicio muy sano, que es practicar el ciclismo de montaña, y otro muy caro, que es viajar por medio mundo buscando escenarios para mis novelas.
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Tengo especial debilidad por tu novela “Pubis de vello rojo”. ¿Es cierto que hay mucho de autobiográfico en ella?
José Luis Muñoz
Todas las novelas son muy autobiográficas. Lo autobiográfico se cuela en ellas aunque no quiera. En algunas lo autobiográfico es buscado, como en “Patpong Road”, por ejemplo, una novela filosófica en donde doy mi punto de vista sobre la literatura, la sociedad, mi forma de ver el mundo, contado todo ello con la estructura de una novela erótica. “Pubis de vello rojo”, que ganó el premio La Sonrisa Vertical y es el libro que más se ha vendido de los que he publicado, es, en efecto, muy autobiográfico. Realicé en él una especie de exorcismo sobre la época más oscura de mi vida, narré en él algunos de los episodios por mí vividos en esa época, unos tres años, en los que estuve deslizándome por el filo de la navaja. La literatura también es terapia. Esa novela era erótica, pero también una terrible novela negra. Cada novela tiene su tiempo. No me veo ahora escribiendo “Pubis de vello rojo”, no sería tan duro y descarnado como lo fui entonces. Pero estoy muy satisfecho de ella a nivel literario y hubo un antes y un después.
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El deseo sexual que exuda tu obra es atávico, salvaje, instintivo. ¿Es esa tu manera de ver el sexo?
José Luis Muñoz
El sexo nos acerca a lo telúrico, al reino animal. El ser humano es el mamífero que más disfruta del sexo porque lo ha convertido en algo central en su vida.
Soy partidario del hedonismo, del disfrute al máximo de cada uno de los sentidos, y en el sexo, en el buen sexo, la gratificación, si la pareja es adecuada, es extrema. Además el placer sexual se retroalimente con el placer de la persona amada. No hay normas para la actividad sexual más allá de lo que acuerden los amantes. Para mí es el festín de los sentidos, una fuerza poderosísima que el ser humano ha reforzado con el erotismo, convirtiendo una simple función reproductora en algo sumamente placentero, superior a la gastronomía. Lo que me fascina del sexo es que es irrefrenable, que uno pierde casi el sentido, abocado a ese placer que te arrastra al abismo; te engulle, pierdes tu identidad, te fundes literalmente durante esos instantes con el cuerpo amado en una comunión perfecta hasta el punto de no ser dos cuerpos sino uno, con vasos comunicantes. La atracción sexual es un misterio y no siempre, ni mucho menos, está relacionada con la belleza de la pareja. A veces resulta inexplicable. Basta una mirada, el roce de una mano, la forma de andar, de hablar, para encender el deseo. Hay un director francés que hizo una gran película sobre esa atracción inexplicable, irracional y violenta que pueden sentir dos seres: Louis Malle. En “Herida” la pulsión que siente el personaje que interpreta Jeremy Irons por Juliette Binoche, que pasa por encima de su hijo, su familia, su posición social y su puesto de primer ministro, en el ejemplo de ese hombre que tira toda su vida por la borda por abrazar el cuerpo de su amante se explica esa pasión telúrica e incontrolable. Mi visión del sexo está, en efecto, en mi literatura, y lo peligroso ha sido que alguna vez he intentado imitar mi ficción. Realidad y ficción son también vasos comunicantes.
Brenda B. Lennox