En una sociedad hipersexualizada, la Asexualidad parece más mito que realidad, pero no lo es. Según un informe de Journal of Sex Research, el 1% de la población es asexual. Eso se traduce en 420.000 personas sólo en España, setenta millones a nivel mundial.
«Las personas asexuales no presentan ningún tipo de deseo erótico», afirma Anthony Bogaert, profesor de Ciencias de la Salud Comunitaria y Psicología en la Universidad de Brock (en Canadá), quien en un estudio realizado en 2004 establecía que el 1% de la población de Reino Unido lo es.
«Hay quien, simplemente, no experimenta ningún tipo de interés sexual. A diferencia de la mayoría de las personas que sentimos atracción hacia otros, ya sean del sexo opuesto, del mismo o de ambos, los asexuales no presentan ningún tipo de deseo erótico».
La Asexualidad no es un fenómeno reciente, existe desde siempre y hay ejemplos de ella en el cine y la literatura; pero carece de la visibilidad necesaria para normalizarse, y una definición clara que ayude a que los que pueden serlo, para saber que lo son.
¿Qué es la Asexualidad?
Hay una discusión doctrinal en cuanto a si la Asexualidad es una orientación sexual como la homosexualidad, la bisexualidad o la heterosexualidad o, por el contrario, la ausencia de identidad sexual.
Asexuality Visibility and Education Network (AVEN), la clasifica en su portal como una Orientación Sexual, una Opción sexual. Define al asexual como «una persona que no experimenta ningún tipo de atracción sexual». No es una patología; los asexuales «son gente normal» aunque cansada de sentirse presionada por la sociedad para mantener relaciones sexuales.
Otros sexólogos comparan la Asexualidad con un celibato voluntario, con una elección personal de eliminar las relaciones sexuales de la vida por diferentes motivos: bajo deseo sexual, una experiencia traumática, fobias o condicionantes religiosos y/o culturales .
No es una elección voluntaria, no es una opción, afirma asexuality.org. «La asexualidad es una orientación, algo que le ocurre al individuo al margen de su voluntad. Otra cosa es que decida seguir su naturaleza o negarla». No se decide ser heterosexual, no se decide ser homosexual, no se decide ser asexual: se es.
Un estudio realizado por The Kinsey Institute (fundado por Alfred Kinsey) concluyó que: «Los asexuales parecen caracterizarse más por un escaso deseo y excitación sexual que por niveles bajos de comportamiento sexual o niveles altos de represión sexual».
Ahora bien, qué se entiende por Asexualidad no es un tema sencillo, los investigadores encontraron cuatro definiciones distintas que no acababan de determinarla como una orientación.
Matizando el término
Las dos diferencias clave entre los que se definen como asexuales son la ausencia o no de apetito sexual y la atracción romántica. AVEN aceptó un sistema de clasificación desarrollado por algunos asexuales que establece cuatro tipos de Asexualidad:
Tipo A: tiene apetito sexual pero ninguna atracción romántica.
Tipo B: tiene atracción romántica pero ningún apetito sexual
Tipo C: tiene ambos
Tipo D: no tiene ni lo uno ni lo otro.
Este sistema es meramente orientativo, no cerrado; la propia AVEN no lo usa al considerarlo demasiado estricto, si bien muchos asexuales lo siguen aplicando para explicar su orientación sexual. Otros, sin embargo, consideran que un verdadero asexual debe carecer de apetito sexual y atracción romántica.
Apetito Sexual
Algunos asexuales pueden experimentar deseo sexual pero no querer satisfacerlo y, en el caso de que quieran, no con una persona determinada, sino mediante la masturbación.
Los que experimentan apetito sexual con regularidad manifiestan que no está vinculado a un deseo de encontrar a una pareja sexual.
Otros, por el contrario, sienten poca excitación o ninguna. No les supone el más mínimo problema, declaran, «centramos nuestra energía en disfrutar de otros tipos de placer».
La asexualidad no hace que la vida sea peor ni mejor, sólo diferente de la vida de la mayoría de la gente sexual. La comunidad asexual es bastante diversa, y cada persona asexual tiene diferentes maneras de sentir cosas como las relaciones, la atracción, y la excitación física.
Un asexual «No echa nada en falta, no lamenta nada».
Atracción Romántica
«Las personas asexuales tienen las mismas necesidades emocionales que todos los demás y, como el resto, pueden establecer relaciones afectivas», afirma asexuality.org.
Como cualquier orientación sexual, a pesar de no sentir atracción sexual o tener deseo sexual, pueden experimentar atracción romántica, ésta puede ser dirigida hacia uno o ambos géneros, surgiendo una sub-clasificación: homorrománticos, heterorrománticos o bi-románticos. Esta atracción se traduce en el deseo de mantener una relación sentimental, pero sin actividad sexual.
Dentro de esta sub-clasificación se incluyen los asexuales arrománticos,que no sienten atracción romántica. Lo que desean es tener amigos muy cercanos con los que compartir una gran conexión emocional pero con los que no desean establecer una relación formal, simplemente quieren que sean parte de su vida y pasar tiempo con ellos.
Usan la palabra «arrobamiento» de la misma manera que el resto de personas sexuales o románticos usan la palabra «crush» para hablar de una persona que les gusta o de la que se han enamorado o con la que les gustaría tener una relación excepto de orientación romántica. Complejo, sin duda.
Relaciones afectivas
Según algunos asexuales, sexual o no sexual, una relación sentimental se basa en la intimidad, la comunicación, la diversión, el humor, la emoción, el respeto y la confianza. La diferencia clave es que no tienen intención en mantener una relación sexual. Ésto resulta muy complicado ya que el 99% de la población es sexual o, como ellos denominan: alosexuales.
Si quieren mantener una relación afectiva y que ésta se consolide en el tiempo, los asexuales suelen contar con dos opciones: transigir y mantener relaciones sexuales para no perder al alosexual o relacionarse sólo con asexuales. El alosexual o sexual, a su vez, puede o bien renunciar totalmente a la sexualidad o bien mantener relaciones sexuales con otras personas.
Los asexuales suelen cometer el error de callar su orientación sexual y acaban forzándose a hacer lo que no desean o generando una fuerte frustración al otro que no entiende por qué es rechazado sexualmente.
La comunicación y el respeto son claves para poder llegar a un acuerdo, que no siempre son fáciles y que acaban hiriendo a una o ambas partes: el asexual porque se siente presionado, incomprendido o forzado; el sexual por los mismos motivos a los que se añade que siente que no es atractivo, que la “culpa” es suya.
La autoestima de ambos cae en picado.
Visibilizar la Asexualidad
Es necesario que la sociedad conozca y entienda la Asexualidad, por eso hay que visibilizarla. Lucía Lietsi, autora del libro autobiográfico “Diario de una asexual” y el antropólogo y editor Javier León Gómez, han contribuido con sus publicaciones a que se conozca un poco más consiguiendo que muchas personas fueran conscientes de que eran asexuales y que no eran los únicos.
León Gómez escribió “Asexualidad, ¿se puede vivir sin sexo?” porque al descubrir que era asexual sintió tal alivio que tuvo la necesidad de compartirlo. «La asexualidad siempre ha existido, pero supongo que no es fácil ni para nosotros reconocer que no sentimos el sexo como los demás».
«¿Cómo se puede sentir un adolescente que no siente la necesidad de experimentar sexualmente con nadie y que, además, cree que tiene que encajar en alguna de las orientaciones sexuales conocidas?», dice Lucía Lietsi. Mal.
«En algún punto, nos hemos forzado (sí, sí, forzado así sin más, “porque el problema es mío, porque es un problema, porque estoy enferma, así me curaré, la persona a la que quiero no tiene por qué pagar mi estupidez”) en muchas ocasiones a tener relaciones sexuales contra nuestra voluntad.
Sí, nosotros a nosotros mismos, sí, cierto, “por decisión propia”… discutible, pero bueno, eso es otro tema» confiesa una asexual en el blog El Príncipe Lila.
AVEN
Al ser un colectivo minoritario y la definición de Asexualidad confusa y controvertida, su presencia en las redes y en los medios de comunicación es ínfima.
Ese es el motivo por el cual se fundó AVEN, Asexuality Visibility and Education Network, una comunidad que provee un espacio seguro para asexuales, amigos, padres, investigadores o curiosos que desean conocer, dialogar, debatir o preguntar sobre Asexualidad.
Creada en 2001, su crecimiento ha sido imparable, siendo en la actualidad la comunidad asexual más grande del mundo.
Sus miembros participan en el foro desde diferentes países, compartiendo sus experiencias y proyectos de visibilidad, como la distribución de información a medios interesados, y la organización de talleres o reuniones locales.
Incluso tienen su propia bandera (negra, gris, blanca y morada), una manera de reivindicar su identidad, de aceptarla y de conseguir que se les respete como lo que son: personas con derecho a vivir su sexualidad.
“It Will Rain” – Bruno Mars