La Organización biológica del sexo está conformada por la genética, el sistema endocrino (hormonal), los órganos genitales y el sistema nervioso. Esta organización es la responsable del comportamiento sexual; la armonía entre todas estas estructuras biológicas es lo que asegura una vida sexual satisfactoria. La ruptura del equilibrio puede provenir de factores tanto internos como externos, de ahí que la sociedad, la cultura y el aprendizaje influyan drásticamente en la sexualidad.
El control del estímulo sexual y su respuesta conforma un círculo interactivo de influencias:
Hay un estímulo externo o interno (vista,gusto, olfato, oído, tacto e imaginación) que desencadena un impulso que llega a la médula cerebral, y a través de hormonas e impulsos nerviosos se provoca la orden a los órganos sexuales para que haya una respuesta sexual (excitación,meseta,orgasmo, resolución). Estos estímulos pasan por el control nervioso (médula, diencéfalo y córtex) y bioquímico (hormonas, neurotransmisores cerebrales) que los tamiza e interpreta.
El edificio del sexo
La conducta sexual humana es un complejo proceso de orden psicobiológico en el que se combinan los impulsos más primitivos con la razón, las influencias culturales y sociales y la experiencia vital. Resulta muy interesante el símil que emplea el tomo Sexualidad Evolutiva de La Gran Enciclopedia Familiar, (Océano Grupo Editorial) equiparando el comportamiento sexual al contenido de un edificio arquitectónico. Cuando llegan al edificio que es nuestro cuerpo los estímulos del exterior (que La Gran Enciclopedia denomina visitantes) comienza el proceso de la excitación sexual. Pero ésta no es automática ya que antes de llegar a la médula espinal, estos estímulos han sido controlados por el diencéfalo y analizados por el cerebro superior o corteza cerebral.
Puede ocurrir que la corteza cerebral tenga ya el estímulo en su interior (en forma de fantasías, por ejemplo); por ello, el sistema encefálico no sólo verifica los estímulos que provienen del exterior sino que los tamiza, controla la puerta de entrada (vías reflejas) y da vía libre a la respuesta del cuerpo. Estas vías reflejas están constituidas por la médula espinal que tiene una parte sensorial que cuida de la recepción de los estímulos y de la respuesta a éstos (la zona motora).
El sistema medular responde de modo reflejo a los estímulos que se reciben en los genitales, pero es el cerebro el que puede aumentar e incluso inhibir esa reacción; es por eso que nos pueden estimular directamente el clítoris o el pene y no sentir placer psicológico ni excitarnos aunque esa parte del cuerpo pueda llegar a reaccionar en algún modo.
Es decir: hay determinados procesos independientes del cerebro como la erección, por eso hay hombres con la médula espinal dañada que pueden llegar a tener una erección si son estimulados, pero no percibirán la estimulación, por eso es un movimiento reflejo.
El amo del castillo
Estamos viendo que el control del estímulo sexual y su respuesta conforman una especie de círculo interactivo de influencias. El deseo provocado por un estímulo sensorial o imaginado desencadena un impulso que llega a la médula cerebral y, a través de hormonas e impulsos nerviosos, se ordena a los órganos sexuales que actúen.
El sexo es un impulso que se encuentra muy ligado a las emociones. El cerebro primitivo interviene mediante el hipotálamo, el cual inicia el interés sexual o deseo, recogiendo la información que llega del exterior o de la propia bioquímica interna, controlando parte de la excitación sexual, la eyaculación, la percepción del placer y la modulación afectiva de la conducta sexual.
El hipotálamo interviene junto con el sistema límbico, el cual regula las sensaciones de placer, criba los estímulos y reconoce cuándo está saciado, inhibiendo la conducta sexual cuando lo requiere.
Será el cerebro superior (el córtex) el que ampliará o cambiará las funciones de este circuito primitivo del sexo conformado por dos estructuras muy evolucionadas: los lóbulos orbitofrontales y las áreas prefrontales. El córtex es el órgano que matiza y condiciona todo lo que pasa en el diencéfalo y por eso el ser humano puede ver disminuido o aumentado su deseo sexual, responder o no ante un estímulo, e incluso responder de manera negativa con dolor, ansiedad o no responder en absoluto, aunque la médula o el diencéfalo funcionen perfectamente.
Es el córtex, por lo tanto, el amo del calabozo, el que combina la razón con la emoción, la fantasía con el aprendizaje, dando lugar a las peculiaridades sexuales de cada ser humano. Por eso, los especialistas coinciden en que la mayoría de las disfunciones sexuales son debidas a este neocircuito que procesa el aprendizaje cultural, personal y la experiencia vital hasta el punto de magnificar o no la experiencia sexual.
Las tuberías del edificio
Siguiendo con el símil, la Gran Enciclopedia Familiar equipara la química sexual a las tuberías del edificio sexual; su cometido es enlazar las distintas partes de la arquitectura. La regulación hormonal de la sexualidad humana sigue un mecanismo de retroalimentación.
El hipotálamo estimula el lóbulo anterior del hipófisis para que segregue las siguientes sustancias:
en la mujer, la prolactina, las hormonas luteinizantes y la estimulante del folículo. Éstas dos últimas ponen en funcionamiento el ovario, que produce a su vez los estrógenos que influirán en el hipotálamo para alimentar el proceso; en el hombre, el proceso es similar: se activa el testículo para que segregue testosterona.
Las hormonas sexuales son agentes químicos secretados por las gónadas (testículos y ovarios), que la corriente sanguínea transporta hasta el cerebro, donde son recibidas por receptores específicos, como hemos visto, para influir en la capacidad de reproducirse y el impulso sexual.
Los andrógenos, los estrógenos y la progesterona están presentes en ambos sexos aunque no en la misma cantidad y no siempre para el mismo cometido.
Estas hormonas cumplen funciones vitales que afectan a la masa ósea, a la masa muscular, al sistema metabólico, al endocrino… En este reportaje hablaremos de manera sucinta de las funciones de cada una de ellas en relación con la sexualidad, distinguiendo entre la femenina y la masculina.
La química del sexo en las mujeres
El ovario produce hormonas sexuales femeninas, los estrógenos y los gestágenos. El estrógeno más importante que sintetiza el ovario es el estradiol, mientras que el gestágeno más relevante es la progesterona. Estas hormonas se segregan de forma cíclica, con una secuencia que se repite cada 28 días aproximadamente durante la edad fértil de la mujer, (el ciclo menstrual), hasta la llegada de la menopausia.
Las hormonas sexuales femeninas preparan el aparato reproductor para la recepción del esperma y la implantación del óvulo fecundado,y también afectan al deseo y a la respuesta sexual:
Estrógenos: Influyen de manera determinante en el deseo sexual (libido) de la mujer.
Progesterona: Influye especialmente en el ciclo menstrual: aumento de los pechos y peso corporal en los días previos a la menstruación; también produce un cierto efecto depresivo en el denominado Síndrome Premenstrual.
La química del sexo en los hombres
Las hormonas sexuales masculinas responden al nombre de andrógenos y son la testosterona, la androsterona y la androstenediona. Su función principal es estimular el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos, sensibilizar los genitales a los estímulos y sensaciones sexuales, e influir en la vasodilatación del pene y en la lubricación vaginal.
Los andrógenos, básicamente la testosterona, son segregados por los testículos, pero también por los ovarios en la mujer (androstenediona) y por la corteza suprarrenal de las glándulas suprarrenales.
Testosterona: Las células de Leydig que se encuentran en el testículo son las que producen la testosterona en el hombre y aunque no están sujetas a una segregación regular como en el caso de la mujer, sí están condicionadas por el ciclo vital del hombre ya que se reduce la segregación durante las últimas décadas de su vida.
Se considera que es el andrógeno más importante ya que cumple muchísimas funciones. Siguiendo a Wikipedia podemos clasificar los efectos en fisiológicos y bioquímicos. Resumiendo muchísimo los efectos fisiológicos pueden clasificarse en dos grandes grupos: anabólicos (crecimiento de la masa muscular, incremento de la densidad ósea, crecimiento y maduración de los huesos, desarrollo de órganos internos como corazón, pulmones, hígado, etc) y androgénicos (maduración de los órganos sexuales, desarrollo de los caracteres sexuales secundarios, etc).
Su influencia en la respuesta sexual es fascinante:la testosterona provoca pensamientos lujuriosos que estimulan su apetito sexual. Su sexo comienza a emanar hormonas a través de una glándula sudorípara y este olor estimula el deseo sexual de las mujeres e incrementa el del hombre.
Los niveles de testosterona en un cuerpo pueden verse afectados por estímulos externos: sustancias (drogas, medicamentos,alimentos), sociales(estrés, situación laboral, estatus social) o relacionados con los sentidos (gusto, olfato, vista, tacto, oído).
Aparte de las hormonas hay otras sustancias químicas muy importantes en el proceso sexual: los neurotransmisores, porque las neuronas se comunican entre sí a través de ellos y además influyen en otras hormonas porque hay interacción entre ellos (en realidad la mayoría de ellos son hormonas) Vamos a ver qué son y qué provocan.
La Química del Amor
El amor es un proceso bioquímico que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema límbico y de allí al endocrino poniendo nuestro cuerpo y nuestro mundo patas arriba. Ya os comenté en otro artículo que el amor es, literalmente, una droga adictiva debido a la interacción de los neurotransmisores, especialmente de la dopamina, la feniltilamina y la norepinefrina
La feniletilamina: cuando nos enamoramos el cerebro de llena de feniletilamina y éste responde segregando dopamina, norepinefrina y oxitocina.
La dopamina: responsable de la motivación, la euforia, la activación de cualquier acción positiva. Este neurotransmisor nos impulsa a repetir comportamientos que nos producen placer, de ahí que pueda convertir un comportamiento en algo adictivo: estamos totalmente concentrados en el otro, no podemos dejar de pensar en otra cosa, genera hiperactividad, provoca taquicardias, palpitaciones, disminuye la necesidad de sueño y apetito a la vez que incrementa la energía. Una obsesión absoluta.
La serotonina es un neurotransmisor que reduce el deseo cuando considera que está saciado ya que es un inhibidor de todos los estados de alta actividad; también se segrega con el orgasmo, de ahí que entre relajación absoluta.
Las endorfinas provocan lo que se denomina estado de beatitud sexual por lo que también generan una cierta adicción ya que el cuerpo se siente muy bien. Ocurre los mismo con el cortisol, hormona íntimamente relacionada con el estrés, que se reduce durante la relación sexual, favoreciendo la relajación.
La norepinefrina o noradrenalina: liberada por las neuronas simpáticas, este neurotransmisor incrementa la presión sanguínea, produce excitación sexual, exceso de energía, aumenta la capacidad de la memoria para datos nuevos y vuelve un poquito paranoico con el miedo a la pérdida.
La oxitocina:es un neurotransmisor relacionado con los patrones sexuales y con la conducta paternal y maternal: vuelve empático, mimoso y amoroso. No en vano la llaman también “la hormona de los mimosos” o “la hormona del amor”.
¿Para qué?
El enamoramiento también influye en las hormonas: baja el nivel de testosterona de los hombres e incrementa el de las mujeres: ésto se traduce en una bajada de la libido (y promiscuidad) del hombre, un aumento de la empatía y una disminución del egoísmo y agresividad; algo que también experimentan cuando son padres. En las mujeres, sin embargo, se produce un incremento de testosterona.
Se considera que ésto ocurre para crear un entorno fisiológico acogedor en el tracto reproductivo femenino para la concepción, y luego para la alimentación del embrión, y para estimular el sentimiento de amor, deseo, y cuidado paternal en los hombres, asegurando que el bebé tendrá un entorno afectivo seguro en los primeros años de su vida.
Tras ver apenas la punta del iceberg, surge la inevitable pregunta del millón: ¿ qué provoca que segreguemos todas estas hormonas y neurotransmisores?¿por qué frente a una persona y no frente a otra? Pregunta con posible respuesta pero, como dice Ende en La Historia Terminable, esa es otra historia que será contada en otra ocasión.
«Have You Ever Seen The Rain» – Rod Steward
6 comentarios
Buenas a mi tambien desde que descubri esta pagina me ha encantado muchisimos todos sus artículos, son muy interesantes.. Me encanta <3 :*
La verdad desde que descubri esta pag me ha ido muy bien los felicito y gracias por sus concejos y la variada musica
Enhorabuena por el reportaje, muy esclarecedor e interesante
El cuerpo humano es increible y se nos ha dotado de la capacidad del sexo. El problema es que los humanos también somo un poco gilipoyas y lo jedemos todo con absurdos y tonterias.
Que buen reportaje. Es increible como funciona el cuerpo humano respecto al sexo. Que perfección.
[…] los investigadores, la clave radica en la producción de testosterona. La testosterona (Elementos psico-fisiológicos del sexo), hormona masculina por excelencia, causa efectos fisiológicos y bioquímicos. Los efectos […]