
«Me estás volviendo loco. Me he perdido. Ve al grano. Me agotas», son algunas de las frases más pronunciadas por un hombre cuando discute con una mujer.
¿Y qué decir de esa mirada perdida en el infinito cuando les contamos algo?. ¿No os entran ganas de darle golpecitos en la cabeza, como el abusón de Regreso al futuro, diciéndole: «Toc, toc, ¿hay alguien ahí?. Piensa McFly, piensa…».
Siempre había creído que era porque, siendo amante de la dialéctica y buscadora insaciable del consenso, cuando discuto, mi verborrea es abrumadora; y encima tengo una memoria prodigiosa, capaz de recordar frases palabra por palabra: «Imaginad. Sicilia, 1920». Miedito doy.
Pero parece ser que no soy una excepción sino que, como mucho, tengo la capacidad de agotarles más rápido de lo normal; porque lo normal, según un estudio publicado por la revista científica Neuroimage, es que la voz femenina agote el cerebro de un hombre.
Fundido de plomos
Para realizar la investigación, un equipo de investigadores de la Universidad de Sheffield, Gran Bretaña, con el profesor Michael Hunter a la cabeza, sometieron a doce voluntarios varones a técnicas de Resonancia Magnética Nuclear.
Los resultados fueron reveladores: la voz masculina y la femenina activan diferentes áreas del cerebro.
Michael Hunter explicó que las mujeres emitimos un rango de frecuencias de sonido más complejo que el del hombre debido a diferencias en el tamaño y forma de las cuerdas vocales y la laringe.
Al poseer tonos más complejos que la voz masculina, la femenina influye en toda el área auditiva del cerebro a diferencia de la del hombre, que sólo requiere del área subtalámica. Ésto unido a que las mujeres hablamos en forma circular, mientras que ellos son más directos y simples para manifestar sus pensamientos, provoca que sean incapaces de mantener la atención en la conversación durante un periodo prolongado.
Este estudio puede facilitarnos enormemente la tarea de hacernos entender. La próxima vez que quieras que, no sé, baje la basura, saque al perro o te haga un cunnilingus no te andes por las ramas; sé directa y dile: «¡Hazlo YA!»