
El sexo puede hacer que estalle la cabeza: literalmente
Un aneurisma cerebral es una zona abultada y débil en la pared de una arteria que suministra sangre al cerebro. Suele pasar desapercibido en la mayoría de los casos, aunque puede presentar los siguientes síntomas: dolores de cabeza intensos, visión borrosa, cambios en el habla y dolor en el cuello, según qué zonas del cerebro se vean afectadas y su gravedad.
En algunas ocasiones, el aneurisma cerebral se rompe causando una hemorragia que, según su intensidad, puede causar daños (más o menos graves) en el cerebro y la muerte. Los síntomas aparecen en forma repentina: dolor intenso en una zona concreta de la cabeza, en el cuello, náuseas y vómitos, sensibilidad a la luz, pérdida de conocimiento y convulsiones. Ante cualquiera de estos síntomas, llamar al 112 sin perder un momento: si se actúa con rapidez se evitarán daños permanentes.
Las causas más comunes de un aneurisma cerebral son: antecedentes familiares, haber sufrido uno con anterioridad, el sexo (mujer) y la raza (negra). La hipertensión ocasionada por el exceso de peso, el tabaquismo y el sedentarismo debilitan las paredes de las arterias favoreciendo la ruptura.
Ruptura del aneurisma
Se calcula que una de cada 50 personas tiene un aneurisma cerebral, pero no todos llegan a estallar. La Universidad de Utrecht (Holanda) estudió a 250 pacientes durante tres años para determinar los factores que suponen un alto riesgo de sufrir un derrame cerebral al aumentar súbitamente la presión arterial.
El estudio, publicado en la revista Journal of the American Heart Association coloca al café como el primero de la lista atribuyéndole el 10.6% de las hemorragias. Le siguen hacer ejercicios físicos pesados (7,9%), sonarse la nariz (5,4%) y practicar sexo (4,3%).
Otros factores de riesgo son un esfuerzo excesivo para defecar, un susto repentino y fuerte, el consumo de bebidas carbonatadas (en especial las que llevan cola) y un fuerte enfado.
Los factores genéticos, de raza y sexo no son evitables, pero los otros sí pueden evitarse o, por lo menos, reducirse. Está en nuestras manos el reducir el consumo de alimentos y bebidas que aumentan el riesgo, realizar ejercicio de un modo inteligente, aprender a relajarnos eliminando tensiones y a afrontar los problemas con otro estado anímico que nos evite tensiones innecesarias.
En cuanto al sexo parece que éste es un buen momento para empezar a disfrutar del placentero y relajado sexo tántrico: seguro que no saldremos perdiendo.
2 comentarios
coño que abestiada
Oye da miedo, a partir de ahora el sexo en plan relax…