
¿Tienes exámenes cerca? ¿Una entrevista de trabajo? ¿Alguna que otra prueba de inteligencia? . Para obtener mejores resultados cuando se requieran habilidades de lógica o memoria es excelente echar un buen polvo cuando se vaya acercando la fecha y… ¡si son varios mejor!.
Efectivamente, de un reciente estudio realizado por la Universidad de Maryland (EEUU) se desprende que follar nos hace más inteligentes, además de reducir notablemente el estrés del cerebro. Sin duda, investigaciones como ésta alegran el día e incitan a buenas prácticas.
Más inteligente, a mayor frecuencia de orgasmos
Aunque no es un gran argumento para ligar, se ha demostrado que el sexo aumenta la creación de neuronas dentro del hipocampo, área del cerebro encargada de la memoria a largo plazo. Además, follar muy a menudo es aún mejor para el cerebro, ya que los resultados apuntan a que la experiencia sexual repetida rejuvenece el cerebro porque promueve la neurogénesis adulta y restaura la función cognitiva. Es decir, follar con frecuencia es bueno para la mente y los auténticos beneficios se obtienen cuando los revolcones son seguidos.
Por el contrario, se ha comprobado que estos efectos para la memoria y la lógica disminuyen cuando se está largas temporadas sin placeres de cama. Así que, si con frecuencia no recuerdas donde dejaste las llaves o te cuesta hacer una división, párate a pensar en la última vez que te tiraste a alguien y, si ha pasado demasiado tiempo, quizás hayas encontrado la solución a tus despistes.
¿Alzheimer? Quizás no hayas follado lo suficiente
Aunque esta afirmación aún no tiene base científica, quizás podríamos deducir que el sexo frecuente reduzca las posibilidades de padecer Alzheimer y otras demencias o bien retrasar su aparición, ya que posiblemente es capaz de generar neuronas nuevas allí donde estas enfermedades las habían destruido.
Han sido numerosos los beneficios que se le han atribuido al sexo a lo largo de los últimos años: quema de calorías, eliminación de toxinas, descongestión nasal en resfriados, mejora del tono físico, de la piel, del entendimiento con la pareja y también del estado de ánimo, entre otros.
Quizás en un futuro llegue un paciente a la consulta y dirá: “Doctor, me pica aquí” y el médico responderá: “para esto, tres polvos mañaneros y se le pasa. Hay que follar más, ¿eh?, que me viene con el tono de la piel un poco apagado…”