
Todo lo que deberías saber sobre tirarse al jefe ….
…. y nadie se atreve a contarte.
Debo reconocer que cuando mi jefe me propuso que escribiese un artículo sobre Liarse con el jefe con esa voz aterciopelada y seductora que sólo él sabe poner por teléfono cuando intenta convencerme de algo que no quiero hacer como, por ejemplo, redactar un artículo a dos horas de las campanadas de fin de año, un frío gélido me congeló los huesos en pleno agosto y se me pusieron los pelos de los brazos como escarpias.
Media hora después seguía con la boca abierta, los ojos inmóviles como platos y la oreja pegada al móvil como una lengua de perro a una farola congelada. Mal día para dejar de fumar, me dije, encendiendo un cigarrillo. Media cajetilla de rubios y un café bien cargado me despertaron a la realidad: casado felizmente con una mujer como la Bo Derek y unos churumbeles adorables como los de la casa de la pradera: va a ser que no hay doble intención.
Nos ponen los jefes
Las estadísticas no engañan: nos pone ligar en el trabajo y nos ponen los jefes. La revista Playboy realizó una encuesta por correo electrónico en la que preguntaba a nada más ni nada menos que diez mil trabajadores de ambos sexos sobre si habían fantaseado con tener sexo en el trabajo, coqueteado o, directamente follado; la respuesta fue demoledora: el 80% de los entrevistados había flirteado con algún compañero pero mientras que sólo la mitad de los hombres confesó haberse acostado con una compañera, dos tercios de las mujeres confesaron haberse acostado con un compañero, y un 46% directamente con un jefe o superior jerárquico. Algo no me cuadra.
Datos similares los aportados por el periódico Bussiness Insider. En una encuesta en la que participaron más de 2.000 trabajadores, el 90% reconoció haber deseado a un compañero y el 45% haber consumado, aunque curiosamente un 64% consideraron que la política de la empresa debería prohibir que un jefe se liase con una subordinada por no ser políticamente correcto.
Datos confusos si consideramos que tras afirmar eso el 86% juró sobre la Constitución que nunca habían tenido sexo con su jefe o superior jerárquico, mientras que el 35% reconoció haberse acostado con un subordinado: aquí miente alguien.
Una encuesta de la revista More reveló que los hombres con puestos altos o muy poderosos tienen más atractivo: un 61% confesó que fantaseaba con sus jefes. Eso es aplicable también a las jefas ya que según un estudio de la Universidad de Michigan los universitarios deseaban a sus jefas aunque, según la escritora Maureen Dowd, sólo la quieren para un polvo porque prefieren casarse con una subordinada o una igual antes que con un superior jerárquico como os comento en Hombre soltero busca mamá adoptiva.
Motivos para liarse con el jefe
¿Por qué nos ponen tanto los jefes?. Cada empleado tendrá un motivo determinado pero las respuestas más habituales a esta pregunta son las siguientes:
Un ascenso o un mejor trato laboral
El 20% de los encuestados por la revista More admitió que echaría un polvo con su jefe para obtener un ascenso sin dudarlo y el 17% confesó que no sólo no lo dudaría, sino que ya lo había hecho.
Echar un polvo salvaje
Según una encuesta del diario The Sun el 82% de las mujeres encuestadas tenían pensamientos lujuriosos con sus compañeros, entre los que, huelga decirlo, entraba el jefe. Casi la mitad llevó las fantasías sexuales a la práctica, concretamente un 43%; un 45% según el Departamento de Educación Sexual de PRIME Argentina.
Está claro que, a diferencia de los hombres, a las mujeres no les importa la inferioridad jerárquica. Ésto puede estar motivado por la manera de afrontar las relaciones laborales. Según afirma Mercedes Bengoechea en su libro La comunicación femenina, “ Las mujeres trabajan en una cultura cuyas tradiciones y códigos implícitos derivan de la experiencia masculina, y cuya valoración de logros y méritos se realiza desde una perspectiva masculina”; según los roles sociales y las características psicológicas de cada sexo, los hombres buscan afirmarse frente a los demás trabajadores y por eso les resulta más complicado encajar la subordinación, especialmente si el superior es una mujer.
Mantener una relación sentimental
“Secretaria, secretaria, la que escucha, escribe y calla, la que hizo de un despacho tu morada
casi esposa, buen soldado, enfermera, y un poquito enamorada” cantaban Mocedades en la década de los 70; han pasado 40 años, pero parece que las cosas han cambiado poco.
Según una encuesta publicada en Journal.com, el 40% de los empleados estadounidenses confesaron haber tenido alguna vez una relación amorosa en su lugar de trabajo. Si consideramos el éxito de novelas románticas en las que la mujer cae rendida en brazos de su jefe y el triunfo de series como Anatomía de Grey podemos afirmar sin pestañear que la canción Secretaria, Secretaria se escucha como hilo musical en más de un despacho laboral.
Ésto es entendible cuando tu jefe es como Daniel Cleaver (el de Bridget Jones) o, por lo menos, te parece atractivo, pero si te daba un poco de asquito cuando entraste a trabajar con él y ahora te pone a mil, lo mismo es que te ha enganchado la erótica del poder. Eso es lo que afirma el sociólogo experto en Recursos Humanos Pablo Maganto quien considera que si bien los motivos para enamorarse del jefe pueden ser muy variados ya que cada caso es un mundo, todos tienen un nexo común: la sombra del poder.
El ver al otro como alguien poderoso, inalcanzable, prohibido intensifica el deseo y la obsesión. Las relaciones con los subordinados no están bien vistas en el ámbito laboral: ni por parte de la empresa que considera que cuestiona la ética profesional y personal de los trabajadores, ni por parte del resto de los empleados que consideran que el que se acuesta con el jefe es un trepa que sólo busca favoritismos y ascensos.
El morbo está servido.
No es bueno generalizar pues no siempre es la atracción de lo prohibido lo que hace que se caiga en las redes de la atracción, también influye la necesidad de aceptación y reconocimiento por parte de un superior al que se admira; un sentimiento similar al que se sentía de adolescente por el profesor/a de la asignatura favorita por el que uno se sentía secretamente enamorado/a.
Según la psicóloga clínica Sandra Arroyo “No sólo el halo de poder que emerge de una figura que tomamos como referencia y por la cual sentimos atracción es el único factor de esta seducción, sino que el camino hacia la autorrealización es muy diverso y apoyarnos en un icono para conseguirlo es totalmente loable; está a nuestro alcance para facilitarnos esta labor personal”.
Hay que evitar caer en la idealización desmedida ya que si no conseguimos a esa persona, la idealización crecerá y acabaremos sufriendo obsesionados con ella, y si mantenemos una relación afectiva, esa idealización irá disminuyendo hasta ver al otro tal y como es con sus defectos. ¿Y si al descubrir que no era Braveheart deseamos dejarlo?
Desventajas de liarse con el jefe
Desventajas frente al jefe
El jefe ostenta el poder y, salvo que se consiga que coma de nuestras manos, estamos en las suyas. ¿Qué ocurriría ante una ruptura?. Depende de su personalidad; mi jefe es un santo *ejem* pero la mayoría son sujetos sin escrúpulos a los que no les importa pisar cabezas para seguir donde están, con la frialdad suficiente como para considerarte un recurso humano de la empresa. Si decide romper contigo, puede considerar que tu presencia sea perjudicial para él y hacerte la vida imposible para que dejes la empresa; lo mismo puede ocurrir si decides acabar tú con la relación: el despecho sumado al control de poder: aterrador.
A ésto debes añadirle el dolor emocional que se siente ante cualquier ruptura. Un dolor más complicado de superar en estas circunstancias ya que estás obligada/o a mantenerte firme en tu puesto de trabajo mínimo 8 horas al día viendo a la persona con la que mantuviste una relación. Deberás valorar si te puede permitir eso en tu caso en concreto.
Desventajas frente a los compañeros
Durante la relación afectiva o sexual deberás soportar ser la comidilla de la oficina, las envidias, zancadillas profesionales,aislamiento, trepas, etc, pueden convertir tu día a día en un infierno. Esta situación no tiene por qué mejorar al terminar la relación ya que entonces no contarás con el miedo implícito a las posibles represalias que podría tomar tu jefe contra ellos si tú te quejabas de su conducta en la intimidad del dormitorio.
Desventajas frente a la empresa
Hay muchas empresas que consideran inaceptable una relación afectiva o sexual entre un jefe y un subordinado y determinadas profesiones que lo consideran un atentado contra su ética. Si se supiese, tu prestigio profesional se vería dañado gravemente, sería una tacha que te perseguiría como un estigma.
Como hemos visto, el 17% de los encuestados reconocían querer tirarse al jefe para conseguir un aumento. Si consiguiesen el aumento por ese motivo, empañaría su prestigio y si lo consiguiesen por méritos propios, la duda de si lo consiguieron por favoritismos seguiría flotando en el ambiente.
La organización Hite Research International, dirigida por la prestigiosa sexóloga Shere Hite conocida principalmente por el famoso estudio sobre sexualidad femenina publicado en la década de los 70, ha realizado un informe con la colaboración de diez grandes compañías que permitieron que miembros de su personal pertenecientes a todos los niveles jerárquicos así como directivos generales reconocidos internacionalmente, respondieran a cuestionarios elaborados por la sexóloga.
Shere Hite ha publicado los resultados en un libro Sexo y negocios en el que reflexiona sobre lo unidos que aparecen en el ámbito laboral aspectos como la identidad y la psicología abogando, según Santiago Íñiguez autor del prólogo, “por un nuevo marco de las relaciones entre hombres y mujeres en las empresas, basado más en los valores de la amistad que en la estricta atracción sexual”.
¿Es posible un futuro en el que hombres y mujeres puedan trabajar juntos sin abandonarse a la atracción sexual?. Si se actúa con un poco de cabeza sí, sobre todo si consideramos las grandes desventajas que trae el tirarse al jefe. Por eso, si estás pensando en hacerlo deberías plantearte seriamente los motivos por los que deseas hacerlo y razonar con la cabeza fría si merece la pena arriesgar tu futuro laboral por ello.
“Vous les Femmes” – Julio Iglesias Jr & Damien Sargue & Nuno Resende
3 comentarios
[…] fantasías que parecemos compartir la mayoría de las personas: sexo con un compañero de trabajo, con el jefe, en una moto, en un […]
Los jefes tan cabrones como siempre. Al menos que le aumenten el sueldo a la secare…si se lo hace bien claro.
Que complicados que somos los humanos. De todas formas el sexo es lo que tiene