
Efectos del tabaco en la sexualidad femenina
Yo también he fumado fascinada por el hechizo de iconos de la gran pantalla como Lauren Bacall, o Marlene Dietrich que representaban a la perfección ese ideal de mujer fuerte, inteligente, sensual y vulnerable que todas queríamos ser. Y deseé a hombres como James Dean, Steve McQueen o Humprey Bogart que representaban al hombre duro aunque sensible en el fondo, con el que hubiera deseado compartir el cigarrillo de después.
Pero en la realidad, el tabaco no es tan glamuroso como reflejaba el cine, y fuera de la pantalla huele el aliento y la piel a tabaco rancio,se sufre sequedad vaginal y aumentan los problemas para tener hijos. Y uno no es tan duro cuando el tabaco te machaca; por desgracia lo supieron Steve McQueen, Humprey Bogart o Patrick Swayze que murieron en plena cincuentena con el cuerpo invadido por un cáncer provocado por el cigarrillo que no podían dejar.
El tabaco es puro veneno. Según el último informe del Cirujano General de los Estados Unidos, el humo del tabaco contiene unos 7.000 componentes, de los cuales casi 70 son sustancias que producen cáncer, por ejemplo: arsénico, benceno, berilio, cadmio, cromo, óxido de etileno, níquel, polonio-210 (un elemento químico radiactivo) o cloruro de vinilo, entre otros, que fluyen por el cuerpo cuando se fuma. Estos productos químicos y toxinas destrozan la salud del fumador, incluyendo, claro está, la salud sexual: la impotencia, los trastornos sexuales y la infertilidad, son algunos de los efectos del cigarrillo.
Estudios relevantes sobre los efectos del tabaco
A pesar de que la industria tabacalera ha hecho todo lo posible por negar la evidencia, desde los años 80, prestigiosas asociaciones han luchado para probar algo que debería ser evidente: si el tabaco causa alteraciones en los vasos sanguíneos que irrigan el corazón, y por extensión al sistema cardiovascular, lo mismo ocurre con el riego de los genitales: el tabaco no te da placer: te lo quita.
Uno de los estudios más relevantes al respecto es el que llevó a cabo la Academia Internacional de Sexología Médica (AISM) que se reunió para discutir la interacción del tabaco en la sexualidad y reproducción, teniendo en cuenta las investigaciones realizadas, la experiencia clínica y la bibliografía existente.
Consideraron no sólo la nicotina, que afecta negativamente al organismo, sino también otros productos y metales tóxicos como el cadmio, aluminio, cobre, níquel, cromodisulfuro de carbono y cianuro hidrogenado contenidos en los cigarrillos que disminuyen la entrega de oxígeno y aumentan el trabajo cardíaco, con ascenso del colesterol total, lipoproteínas de baja densidad y triglicéridos, y descenso de las lipoproteínas de alta densidad.
Cada cigarrillo puede estar compuesto hasta por 4.800 sustancias distintas y la mezcla de metales y oxidantes produce daño endotelial que repercute negativamente en la erección, lubricación, en la respuesta a estímulos eróticos, aumenta los riesgos de aborto espontáneo, embarazo ectópico y parto prematuro.
Según Santiago Palacios, director del Instituto de Salud y Medicina de la Mujer, fumar aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital, acelera la menopausia y disminuye los estrógenos.
El tabaco provoca arteriosclerosis de lo que deriva una «disminución del flujo sanguíneo que en la mujer aumenta el riesgo de sequedad vaginal y atrofia genital», lo que «acelera y/ o agrava de forma importante la falta de deseo sexual en la mujer o trastorno del deseo sexual hipoactivo, patología de la sexualidad más frecuente en la mujer». Esta enfermedad es la que «más empeora su calidad de vida y sobre la que más consultan al ginecólogo».
En el 33% de las mujeres de entre 18 y 59 años que sufren una disminución del deseo sexual, el origen es del orden psicológico, hormonal o una combinación de ambos, siendo el tabaco uno de los factores que lo provocan.
Excitación sexual e impotencia
El tabaco afecta la producción de óxido nítrico, molécula responsable de la vasodilatación y que permite, entre otras cosas, la erección del pene y del clítoris.
Según el doctor Enrique Canchola Martínez, responsable de la Clínica de Acupuntura y Fitoterapia de la UAM Iztapalapa, la falta de este mismo óxido atrofia la erección del clítoris y no sólo se pierde sensibilidad, sino que, a largo plazo, la mujer puede quedar impotente.
Al disminuir los niveles de excitación, los cigarrillos desencadenan la sequedad vaginal. Sequedad que potencia unas relaciones sexuales dolorosas y que retarda, sin desearlo, el momento del orgasmo.
El tabaco también afecta a nivel cerebral, las sustancias químicas que lo componen inciden en los neurotransmisores; por ello, hombres y mujeres pueden presentar poco deseo por la actividad sexual. El estudio de la AISM concluyó que la nicotina puede llegar a reducir un 30% la respuesta genital ante estímulos eróticos.
Infertilidad, trastornos menstruales y adelanto de la menopausia
El efecto que causa el tabaco en las mujeres es comparable a tener diez años más, es decir, la fertilidad y la respuesta sexual de una mujer de 40 es, en realidad, la de una mujer de 50.
Cuando se fuman más de 10 cigarrillos al día, los ovocitos detienen su crecimiento dentro el ovario, por eso las fumadoras y ex-fumadoras presentan mayores dificultades para concebir, ya que tienen menor reserva ovárica, una peor calidad ovocitaria y embrionaria, un incremento de las anomalías cromosómicas y la menopausia se puede adelantar entre uno y cuatro años, según estudios de la American Society for Reproductive Medicine.
Además, fumar provoca trastornos menstruales y problemas en las trompas y en el cuello uterino.
Embarazo y trastornos que sufre el bebé
El tabaco duplica el riesgo de sufrir embarazos ectópicos (fuera del útero), aumenta un 28% el riesgo de aborto espontáneo, aumenta las posibilidades de un parto prematuro y dar a luz a un bebé muerto. Durante el embarazo, el tabaco daña la salud del bebé y al nacer, tienen menor peso, sufren un parto más estresante y tienen un alto porcentaje de posibilidades de sufrir el Síndrome de Muerte Súbita.
Sentido del olfato
Según el American Council on Science and Health, fumar afecta al gusto y al olfato reduciendo su capacidad hasta en un 50%. Al inhalar, los nervios olfativos ubicados en la parte trasera de la nariz transmiten señales al cerebro, indicando que estás oliendo.
Fumar daña a estos nervios, reduciendo el sentido del olfato a corto plazo; a largo plazo, el tabaco dañará permanentemente estos receptores, así como los del gusto, puesto que el tabaco impide que llegue la sangre suficiente a las papilas gustativas.
Ésto no sólo afecta el disfrute de la sexualidad, también la excitación previa. Como hemos visto, los seres humanos, al igual que otras especies animales, segregamos hormonas para atraer sexualmente.
Estas sustancias son detectadas por una zona en la nariz denominada órgano vomeronasal. De ahí se dispara una señal eléctrica al cerebro, que llega directamente al tálamo, núcleo que participa en dos grandes grupos de sensaciones: discriminativas y afectivas.
Los receptores gustativos también pueden detectar las feromonas. El gusto es un factor clave en las sensaciones asociadas al mecanismo sexual, especialmente en las mujeres. Una reducción del 50% implica, por lo tanto, menor deseo sexual.
Reducción de la pasión sexual
El humo visible representa sólo el 5-8% de lo que se produce al fumar un cigarrillo.
El resto está compuesto de gases invisibles, entre los que se incluye el gas cianhídrico, un gas venenoso que reduce la capacidad del organismo para transportar oxígeno y el monóxido de carbono (CO) un gas muy tóxico que constituye del 3 al 6% del humo inhalado.
El CO interfiere en el transporte del oxígeno, por lo que todos los órganos reciben menos. Además, los restos de alquitrán, un residuo negro y pegajoso que contiene miles de sustancias químicas que se desprenden en el humo del cigarrillo, quedan depositados en el pulmón obstruyendo los bronquios y afectando la respiración.
El tabaco disminuye, por lo tanto, la capacidad pulmonar. El sexo apasionado que requiere resistencia y energía, se convierte en una sesión de gimnasia que, con el tiempo, una fumadora no puede soportar.
Sabor del sexo
El sabor del flujo vaginal puede variar dependiendo de distintos factores biológicos, alimentación, hábitos vitales, medicación, y consumo de drogas y bebidas alcohólicas.
El tabaco amarga el sabor del sexo, haciéndolo menos apetecible frente a un cunnilingus.
Dejar de fumar
Algunos efectos del tabaquismo son difíciles de revertir, como la arteriosclerosis dependiendo del estado en el que se encuentre el organismo, pero, por fortuna, otros se recuperan. La pérdida del olfato, el gusto y de la fecundidad asociada al tabaquismo podrían ser revertidas en un año si se abandona el tabaco.
Sé que cuesta, pero si yo lo he conseguido, por qué no tú.
No permitas que ese bastardo se fume tu vida.
"Los gatos no ladran" - India Martínez